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jueves, 26 de noviembre de 2020

"Pelé" en palabras de Ney Blanco - Cap. XXIV

Ney Blanco de Oliveira en la Corte del Rey.
Capítulo XXIV: También la Corte tenía su concepto futbolístico.

HÉCTOR: ¿Cuál era el concepto futbolístico de la Corte?

NEY: Quien determina el concepto, la idea futbolera de un equipo es su director técnico. Después de evaluar su plantel, conocer sus defectos y virtudes, equilibrar su equipo defensiva y ofensivamente es su principal trabajo, aparte de saber controlar el grupo humano y convertirse en su líder. Esa es la lógica y lo normal. Dije normal para cualquier equipo de fútbol que pisa una cancha. Tratándose del Santos F.C., que entre muchas personalidades mundiales del fútbol tenía al Rey, era distinto. Cuando dije que tuve grandes maestros, pero el único idóneo para estar al frente de la Corte era “Lula”, estaba en lo cierto. Para pertenecer a la Corte, antes que todo se tenía que ser una persona normal, que entendiera la situación y se comportara acorde a ella; la otra, tenía que ser un excelente jugador de fútbol. Todo en el reinado era casi normal y exigía algo más: soportar con elegancia aquello que era anormal. Me refiero a lo que sucedía dentro y fuera de la cancha.

Y en la anécdota del hijo del Rey Hassan quedó en claro lo que podría pasar afuera de la cancha. Vamos a lo mejor: la cancha.
En la cancha, a través de los años en que el Santos F.C. estuvo en primera plana del fútbol mundial, comandado por el Rey, puntos básicos eran mudos pero imprescindibles. El concepto ya estaba determinado y la técnica individual para expresarlo era imperativa. De ahí que cuando el Santos F.C., con la aprobación de “Lula” contrataba un jugador, eran cautelosos, tenían que revisar si realmente encajaban o si cubrían los requisitos. Aquello de jugar con alegría y no con angustias era un punto básico. Tocar bien el balón, con idea y perfección, idea y tiempo a la vez, era otro. Nosotros sabíamos que al ganar el balón teníamos que ir hacia delante. Atacar, jugar bonito y ganar de goleada era la consigna. Decía que el equipo era desequilibrado y es fácil explicar: cuando un equipo tiene jugadores de la calidad de Dorval, Mengalvio, “Pagao”, Coutinho, Jair Rosa Pinto, “Tite”, “Pepe”, Abel Verónico, Edú, Helio, Almir, Rossi, Alfonsinho en su ataque; tener en la mitad de la cancha jugadores de la calidad de Urubatao, “Zito”, Fiote, “Formiga”; en su línea de zagueros: Mauro Ramos de Oliveira, Ramos Delgado, Orlando, Calvet, Dalmo, Carlos Alberto, Rildo, Laercio, Gilmar, Cejas, Helvio, Iván, Alfredo Ramos, Ramiro, Álvaro, Walter Marciano de Queiroz, y sin poder faltar mi maestro Antonio Fernandes, el querido “Antoninho”, ningún equipo puede pensar en jugar defensivamente.

HÉCTOR: Siento todo esto bien explicado ¿pero el concepto del Rey?

NEY: Está en todo eso que acabo de decir. Fue el eje de toda la idea futbolística del equipo. El desequilibrio era notorio para cualquier buen observador. Atacar en una cancha al Santos F.C. era crear serios problemas a la Corte durante un lapso. Está bien, atáquennos y quizá consigan algo, pero para atacarnos, obligatoriamente tienen que caminar hacia delante y eso es abrir espacios, dar libertad a los grandes atacantes santistas y entre ellos, al Rey “Pelé”. Ese era el concepto del equipo, en cualquier parte del mundo. Y que conste: el Santos F.C. viajó con el Rey y la Corte a más de cien países.

El concepto del Rey debe ser tratado con pinzas para ser bien entendido. “Pelé” jugó en todas las posiciones con la misma propiedad. Fue inclusive portero en un partido de la Copa Libertadores, jugando contra el Gremio de Porto Alegre, sustituyendo a Gilmar; sus movimientos en la cancha siempre enseñaron que podía desenvolverse con maestría en cualquier espacio de la cancha; en la defensiva o la ofensiva. Aparentemente era un jugador no sólo con personalidad sino también con oficio; pero, dentro del normal funcionamiento del equipo, en cualquier momento empezaban a aparecer sus genialidades. Ejemplo: cuando desde la mitad de la cancha intentó sorprender al portero Viktor de la Selección de Checoslovaquia, en el Mundial de 1970; eso ya estaba pensado porque lo estuvo ensayando. En cambio, lo que realizó frente al potero uruguayo Mazurkiewicz en el mismo mundial, fue una inspiración del genio.


Ni Mazurkiewicz, tampoco el Rey, habían ensayado ese cuadro artístico y futbolero. Dentro de su anormalidad, y calladamante, el equipo sabía que en cualquier momento podría acontecer algo que nadie había visto y tampoco sabía de lo que se trataba. A ver quién podía adivinar. Pienso que “Pagao”, Coutinho y Jair Rosa Pinto fueron los que más lo entendieron. Otro punto muy importante en el Rey es que nunca repetía la misma jugada. Tardaban más de 10 minutos para que él volviera a lo mismo. El contrario no aprendía su accionar. De verdad que era una verdadera adivinanza jugar con el Rey. Aparte de su personalidad, su temperamento de hombre ganador, de conocer todos los secretos de la profesión, “Pelé” no escatimaba esfuerzo físico, porque estaba siempre dispuesto a crear algo nunca antes visto dentro de una cancha. Estar en la Corte, implicaba responsabilidades anormales por la presencia del Rey del Fútbol.
(Mañana: La fama y el Rey. ¿Qué hace un hombre cuando salta de lo ordinario a lo extraordinario?)

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