Por un lado, sabemos que lo que se juega no es una simple asistencia de "nuestra" selección a la justa, sino todo el trasfondo económico que hay detrás; también hay trasfondo deportivo, mismo que no le importa a quienes manejan a la Femexfut.
Para los jerarcas de nuestro futbol, emanados de la nómina de Televisa, la evaluación de nuestro futbol en términos deportivos no interesa: ellos están ahí para dar resultados económicos a su patrón; ellos en este momento buscan que los de verde, blanco y colorado aseguren su asistencia al próximo Mundial. La diferencia entre ir y no ir implica un negocio valuado por los expertos en cifras que rondan los mil millones de dólares; el que se "cierre" dicho negocio será un éxito: la casa gana; si el negocio se "cae", habrá pérdidas tanto para las televisoras, como para los patrocinadores y socios comerciales que apostaron a este proyecto.
Los verdaderos aficionados, quienes vivimos pensando que al haber progreso deportivo de nuestro futbol llegará por añadidura el beneficio económico, dudamos que la probable clasificación de "nuestra" selección signifique un beneficio deportivo a mediano y largo plazo. Los empleados de Televisa que dirigen nuestro futbol habrán cumplido sus mediocres objetivos y serán ratificados, seguirán los partidos "moleros" en los Estados Unidos, continuarán los campeonatos de liga tijereteados debido a estos compromisos comerciales, el manoseo de jugadores se mantendrá a todo lo que da.
En fin: como aficionados esperemos que los ahora dirigidos por Miguel Herrera hagan lo que saben hacer y consigan su clasificación, pero que como consumidores de futbol exijamos un cambio en la manera en la que se dirige nuestro amado deporte. En caso de que se de la eliminación, la pelota está en la cancha de los dueños de los equipos: el quedar eliminados y que las cosas sigan igual, sería el escenario más desesperanzador.