Ney Blanco de Oliveira en la Corte del Rey.
Capítulo XIII: El Jabaquara no quiso a "Pelé" ni regalado
NEY: Después de 30 años de espera, el Santos rescató el título paulista en la temporada 1954-55. Repitió como campeón un año después y ahí comenzó a integrar los jugadores para la Corte.
Como dato curioso, "Pelé" asistió a la coronación del bicampeonato. El Santos ya era dirigido por "Lula".
Y aunque se logró el bicampeonato, el Santos no pudo escapar al deseo de renovación de los equipos, aunque sean los campeones.
Al concluir la temporada 1955-56, "Lula" y la directiva del Santos determinaron que para algunos jugadores ya había terminado su ciclo: Barbosinha, portero titular del bicampeonato; el capitán Helvio e Iván Melo, lateral que en algún momento jugó para el Toluca de México.
"Pelé", que había asistido a las dos coronaciones del "bi", no tenía como juvenil una buena situación en el Santos. Su caso era de regular para malo. Esa fue quizá la única vez que el Rey vio comprometido su futuro con el Santos.
Había muy pocos antecedentes sobre el Rey.
Ya habíamos hablado del entrenamiento donde le metió "una plancha" al capitán, con lo que quedaba demostrado que tenía respuestas en aquello de las patadas; pero en el jugador brasileño saber responder no basta. Los entrenadores amazónicos están impedidos para hablar con los jugadores sobre esa frase tan común en otros países: "Vamos a poner un alto grado de dificultades al contrario".
En Brasil lo primero es jugar bien al fútbol, con alta técnica y un concepto inventivo de nivel superior. Esas serán siempre las prioridades. A lo otro, de preocuparse del contrario, se le considera de una galaxia distinta.
Pues bien, "Pelé" ya estaba cansado de enseñar que jugaba muy bien al fútbol: consideraban importante ese renglón, pero todavía seguía en el primer escalón de la larga escalera que lo llevaría al trono.
HÉCTOR: ¿Dónde andaba "Pelé"?
NEY: Ubicamos a "Pelé" en aquel exitoso año de 1956 en el equipo juvenil del Santos. Es muy importante recordar que los campeonatos juveniles en Santos son trascendentes.
Todo aficionado (no estoy hablando de fanáticos) que presumían de saber el difícil oficio de conocer el fútbol, no sólo asistían por las mañanas a los partidos del equipo juvenil de su club, sino que también intentaban pronosticar quiénes de esos muchachos llegarían a ser figuras.
Ese campeonato santista en la categoría juvenil de 1956 fue intenso, quedando la decisión entre Santos y Jabaquara.
Para ésto hay que destacar que los directivos, entrenadores y aficionados dan más crédito a un buen prospecto de los juveniles que a un eterno suplente.
Esa final se jugó por la noche, en el estadio "Urbano Caldeira", un día cualquiera de 1956. Y ahí estaba el Rey en la cancha. En el segundo tiempo, el Santos ganaba 2-1 al Jabaquara cuando se marcó un penal. "Pelé" se presentó a cobrar. Falló. Vino la reacción de Jabaquara que anotó dos goles que pusieron el marcador 3-2 a su favor y así terminó la noche triste para el Santos y para "Pelé". Jabaquara se había consagrado campeón juvenil de la ciudad.
El disgusto fue enorme y la cabeza a cortar, como siempre ocurre después de las derrotas dolorosas, esta vez fue la del futuro monarca, por el infausto penalty fallado.
Paralela a esta circunstancia, el Santos había decidido la suerte de tres de sus jugadores: Barbosinha, Helvio e Iván. Saldrían del Santos. La misma determinación se tomó con respecto a ese niño apodado "Pelé", que había perdido el título juvenil.
El Santos quería a un delantero del Jabaquara: Hélio Canjica. Un directivo santista hizo la proposición: Barbosinha, Helvio, Iván y "Pelé" por Hélio Canjica. El Jabaquara contestó: "Barbosinha, Helvio e Iván, sí, más 200,000 cruzeiros; 'Pelé' no nos interesa".
Las cosas que tiene la vida: el Jabaquara, un equipo chico del fútbol paulista (hoy desaparecido) no aceptó en su equipo al jugador que pudo cambiar su propia historia, como cambió después la del Santos. El tiempo nos dice ahora que el Jabaquara no supo lo que hacía: rechazó al Rey del Fútbol.
¿Circunstancias, cosas del destino, errores imperdonables?
Sabrá Dios...
(Mañana: Temperamento, carácter, personalidad y amor propio de un Rey)
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