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jueves, 16 de mayo de 2013

Cómo evitar ser un villamelón.


Guía práctica de comportamiento en un estadio.


Santos Laguna llega una vez más a semifinales y muchos que durante la semana antepasada renegaron del equipo, una vez más se encuentran ávidos de obtener un boleto para presenciar el partido en cuestión.

En anteriores ocasiones platicamos en este espacio acerca de las personas que sólo van a los estadios (el Corona en particular) a socializar, así como de quienes creen ser expertos en todo deporte sólo por hablar del evento de moda. A ellos se les llama “villamelones” y/o “esnobs”. Muchas personas pueden ser encasilladas con ambos motes. Pero ¿Qué significan los términos en cuestión? Y ¿Cómo evitar ser calificado en alguna de estas dos categorías?

Comenzaremos definiendo términos. Primeramente hablaremos del aficionado. El aficionado a un deporte o actividad en general es aquel que reúne dos requisitos: pasión y cierto grado de conocimiento de la actividad en cuestión. De esta manera se considera incorrecto decir “asistieron al estadio veinte mil aficionados”, ya que el total de los asistentes son “espectadores”. Entre todos ellos habrá aficionados, simples espectadores, villamelones y esnobs.

Continuando con las definiciones, el término “villamelón” proviene de las plazas de toros españolas. En la Madre Patria solía decírsele “melón” a alguien tonto o lento de entendimiento. Así, a quien asistía a los festejos taurinos y, con sus gritos, maneras de comportarse o afirmaciones acerca de la lidia demostraba su ignorancia en la materia, se le calificaba como “melón”. Cuando los ignorantes en cuestión eran numerosos, los aficionados comentaban: “vino a la plaza toda la Villa Melón” (equivalente a decir ahora: “aquí anda todo pendejolandia”), posteriormente el término evolucionó para calificar a la masa ignorante como los “villamelones”. Finalmente los “esnobs” son aquellos que buscan imitar la manera de actuar, de hablar o de vestir de los “famosos” o poderosos.

Una vez definidos las categorías en las que se clasifican a los espectadores que asisten a un evento deportivo en general, y en particular en el estadio Corona, buscaré ennumerar qué hacer y qué evitar hacer para evitar ser clasificado como “villamelón” o “esnob”.

Si Usted no es conocedor de futbol y es invitado a asistir al estadio a un partido, ¿se convierte automáticamente en villamelón o esnob? La respuesta es NO: al llegar al estadio, Usted será un simple espectador. Al no ser conocedor, no podrá ser clasificado como aficionado; pero si su asistencia al estadio es para conocer el inmueble, para sentir el ambiente o simplemente buscando pasar un momento agradable en compañía de quienes lo invitaron, no hay problema: sólo evite comportamientos y actitudes que más adelante se mencionarán como de villamelón. Si asiste solamente “porque son las finales” y “hay que ir porque es lo de moda” o porque “ahí va a andar todo mundo”, siento decirle que es Usted un “esnob” (y también podría ser un villamelón). Pero no se preocupe: el esnobismo se puede ocultar; lo villamelón, no. Y, ¡cuidado! Un esnob es alguien que se encuentra a un paso de convertirse en villamelón.

Recuerde siempre que un villamelón es alguien que presume ser experto, pero su actitud y comportamiento delatarán lo contrario. Así que si Usted piensa asistir al estadio, nada le cuesta cultivarse un poco acerca de quienes protagonizarán el encuentro: acceda al sitio web del club, consulte las notas previas al partido que se publican en sitios especializados, o simplemente lea la sección deportiva del periódico del día en la que se mencionan probables alineaciones, formación de los equipos, su posición en la tabla, qué resultados le favorecen a cada escuadra, etc. Dicha investigación previa no lo convertirá automáticamente en aficionado, pero cuando menos llegará con algo de conocimiento y, si le toca un villamelón en la butaca de al lado, será mucho más difícil que éste lo apantalle.

El día del partido trasládese al estadio con tiempo. Procure llegar al estadio con una anticipación de cuando menos una hora para que tenga tiempo de estacionar su vehículo, ubicar el acceso a la localidad que ocupará, llegar a él y formarse en la fila correspondiente para ingresar. La puntualidad es una virtud muy importante en todos los aspectos de la vida. Es sumamente molesto que una vez iniciado el partido, los impuntuales obstruyan la visibilidad a quienes sí llegan con tiempo al inmueble. Además, es muy bonito observar el ambiente previo al inicio de un partido. Además, si se paga un boleto, cuesta lo mismo ver el partido completo junto con el espectáculo previo y posterior que ver solamente una parte. Una gran cantidad de personas suelen estar arribando al estadio a la hora del inicio del encuentro, ingresan a la tribuna al minuto 10 y, como por llegar tarde dejaron su vehículo en doble o triple fila, abandonan el estadio faltando diez minutos para el final del cotejo. Algo sin sentido. Quienes incurren en dichas prácticas no pueden por ningún motivo ser considerados como aficionados.

Una vez que ingrese a las tribunas ubique su lugar, así como las salidas, baños, vendedores de cerveza, semillas, botana, etc.; es importante tomar en cuenta que en un estadio, cine, teatro, plaza de toros, templo, etc., es un lugar en el que se observan ciertas normas de comportamiento; gritos, abucheos y hasta mentadas de madre son inherentes a una tribuna futbolera, así que si no le agradan, mejor quédese en casita y disfrute el partido por televisión. Hay que aclarar también que una cosa es proferir mentadas con cierta dosis de picardía o hasta para liberar cierto enojo, y otra muy diferente es caer en la vulgaridad exagerada y en la falta de respeto hacia los presentes, así que si piensa ir a la tribuna a sacar lo más sucio y vulgar de su ser, busque mejor otro foro para hacerlo.

Existen otras cuestiones que es importante observar: durante el desarrollo de un partido es normal que se profieran gritos o frases para mofarse de algún jugador del equipo contrario, pero sin caer en excesos: el sonido local le advertirá acerca de las expresiones y conductas que se prohíben al interior del estadio. Puede participar de los gritos colectivos siempre y cuando sepa qué es lo que se está gritando y por qué. Si todos a su alrededor incurren en gritos racistas, Usted no tiene por qué hacerlo. Si algunos a su alrededor abuchean o aplauden a cierto jugador o entrenador y Usted no sabe por qué lo hacen, demuestre categoría y evite ser seguidor de quienes lo hacen: posiblemente sean villamelones con iniciativa, si Usted les hace segunda significará que es aun más villamelón.

También evite aparentar mayor conocimiento del que realmente tiene. Si asiste acompañando a alguien que realmente sabe, pregúntele. Si la tribuna canta algo que Usted no entiende, pregunte el significado del cántico. Si requiere ir a comprar comida o al baño, procure hacerlo cuando la pelota no se encuentre en juego (en lo que se cobrará un tiro de castigo o saque de meta, se atiende a algún jugador dentro de la cancha o se realiza un cambio), así evita obstruir la visibilidad de quienes sí están concentrados en las acciones del partido.

Es normal que se emocione con las acciones del encuentro y que de lo más profundo de su ser salga un grito de desaprobación, de enojo ante una marcación arbitral o de alegría ante la marcación de un gol. Aunque sea su primera vez en el estadio, exprese su emoción – atendiendo a las recomendaciones anotadas en los párrafos anteriores – : si algún jugador realiza alguna acción que le provoque admiración, apláudala. El fútbol emociona y apasiona. Si en su caso así sucede, muchas felicidades: está Usted en camino a convertirse en aficionado, ya sintió la pasión de la tribuna. Ahora dedíquese a incrementar sus conocimientos sobre el futbol: reglas, jugadores, etc.

Después de salir del estadio, cuente a sus familiares y amigos sobre la experiencia que vivió: qué le gustó y qué le desagradó. Si se quedó con alguna duda, busque a alguien que sepa de futbol y pregúntele. Lea las reseñas del partido en medios especializados – le recomiendo consultar cuando menos cinco – y obtenga sus conclusiones.

Cuanto más apasionada y conocedora sea la gente que asista a un estadio, tendremos una mejor afición: apoyadora en todo momento pero exigente cuando se requiera… y exigiendo con bases.

Espero sus comentarios.

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