A diferencia de los torneos de
Apertura, que otorgan boletos tanto para la Copa Libertadores como para la
Concachampions, el torneo Clausura sólo otorgará los dos boletos restantes para
la Liga de Campeones de la Concacaf. La misteriosa falta de previsión de los
directivos que padecemos en nuestro futbol dan pie a varias situaciones
bizarras que, si bien son menos injustas y surrealistas que aquellas que se
tomaron en años anteriores, dan pie a suspicacias acerca de los criterios para
otorgar los boletos para las competencias internacionales en las que se
participa. Veamos los antecedentes históricos:
Hasta antes del año 1998 los
clubes mexicanos solamente participaban en la Copa de Campeones y Subcampeones
de la Concacaf, en la que los últimos dos campeones de nuestro futbol quedaban
sembrados en la ronda de Cuartos de Final. Aquel torneo se jugaba más por
obligación que por otra cosa ya que dicho cetro no otorgaba ningún beneficio
adicional: el Mundial de Clubes aun no se instauraba. Durante el período
comprendido entre los años 1989 a 1992, los entonces dirigentes de la Femexfut
Francisco Ibarra y Emilio Maurer iniciaron gestiones tanto con Concacaf como
con la Confederación Sudamericana de Futbol, para lograr que se invitara a las
escuadras mexicanas tanto a la Copa América como a la Copa Libertadores. Los
esfuerzos rinden fruto y México es invitado a la Copa América de 1993. Los sucesores
en la dirigencia continuaron con dichas gestiones hasta lograr que también los
clubes mexicanos fueran invitados a participar en Copa Libertadores. El pase
para clubes mexicanos debía ser gestionado a través de un torneo previo –
llamado Copa Pre-Libertadores – jugado ante los equipos venezolanos, que a
cambio de una buena suma de dinero arriesgaban sus lugares en la copa. Pero
resulta que en el Campeonato Verano 1997, en el que se basaron para otorgar los
boletos a dicha Copa Pre-Libertadores, el campeón resultó ser Guadalajara y el
Subcampeón fue Toros Neza; aun así los mandamás de nuestro balompié decidieron
que los representantes fueran los tapatíos por ser campeones, y América por
haber sido líder de la temporada regular. Ante los consecuentes
cuestionamientos a dicha decisión – sospechosamente improvisada – por parte de
prensa y aficionados, el entonces timonel americanista Carlos Reinoso declaró
que la decisión de la Femexfut era sabia, ya que tanto Guadalajara como América
deberían ser los representantes permanentes en Copas Libertadores, alegando que
tenían ganado ese derecho “por tradición”. Ante tal disparate, don Nacho
Trelles respondió con magistral sarcasmo que “si se trata de tradiciones, mejor
enviamos unas chinas poblanas”. Entonces, para el siguiente torneo las reglas
cambiaron: ahora el criterio clasificatorio era el jugar un torneo previo a la
eliminatoria ante los venezolanos, bautizado como “Copa Pre-Pre-Libertadores”;
el torneo era jugado en territorio estadounidense, así que el llegar a la justa
sudamericana significaba para los clubes involucrados el recorrer un largo camino.
Años después, los clubes mexicanos obtienen lugares directos para participar en
la competencia y, para clasificarse, debían jugar un nuevo torneo
clasificatorio llamado “Interliga” que comenzaba el día 2 de enero y también se
jugaba en la unión americana. Es hasta el año 2008 cuando se opta por el
sentido común y se decide que la clasificación a torneos sudamericanos se
realizará de acuerdo a la tabla de posiciones al final del torneo regular: el
torneo Apertura decidirá los clasificados a la Copa Libertadores mientras que
el torneo Clausura repartirá boletos rumbo a la Copa Sudamericana; sin embargo,
para el año 2009 la Concacaf retira el aval para que los clubes mexicanos
participen en la Sudamericana – hecho que motivó que el “Chelís” enviara una
sincera mentada de madre a los dirigentes concacafkianos por medio de la
prensa, y que por este hecho fuera multado con una fuerte suma de dinero – sin
que la dirigencia de la Femexfut modificara los criterios de competencia.
En lo personal se me antoja más lógico
el sumar los puntos conseguidos en los torneos Clausura y Apertura y, borrando
a los equipos que disputan la Concachampions, en base a la tabla propuesta otorgar
los boletos a la justa del continente austral a los tres clubes que mayor
cantidad de puntos hayan cosechado.
Los finalistas del torneo
anterior ya se encuentran eliminados en el actual: ambos participaron en la
Copa Libertadores por su posición en la tabla del Apertura y estarán
participando en Concachampions por haber sido finalistas en las postrimerías
del año anterior. De esta manera en este torneo Clausura que está por
finalizar, sólo se disputan dos lugares más para la Liga de Campeones de la
Concacaf… y el orgullo de ser campeón.
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