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domingo, 12 de mayo de 2013

La importancia de llegar a la final en el Clausura 2013.


A diferencia de los torneos de Apertura, que otorgan boletos tanto para la Copa Libertadores como para la Concachampions, el torneo Clausura sólo otorgará los dos boletos restantes para la Liga de Campeones de la Concacaf. La misteriosa falta de previsión de los directivos que padecemos en nuestro futbol dan pie a varias situaciones bizarras que, si bien son menos injustas y surrealistas que aquellas que se tomaron en años anteriores, dan pie a suspicacias acerca de los criterios para otorgar los boletos para las competencias internacionales en las que se participa. Veamos los antecedentes históricos:

Hasta antes del año 1998 los clubes mexicanos solamente participaban en la Copa de Campeones y Subcampeones de la Concacaf, en la que los últimos dos campeones de nuestro futbol quedaban sembrados en la ronda de Cuartos de Final. Aquel torneo se jugaba más por obligación que por otra cosa ya que dicho cetro no otorgaba ningún beneficio adicional: el Mundial de Clubes aun no se instauraba. Durante el período comprendido entre los años 1989 a 1992, los entonces dirigentes de la Femexfut Francisco Ibarra y Emilio Maurer iniciaron gestiones tanto con Concacaf como con la Confederación Sudamericana de Futbol, para lograr que se invitara a las escuadras mexicanas tanto a la Copa América como a la Copa Libertadores. Los esfuerzos rinden fruto y México es invitado a la Copa América de 1993. Los sucesores en la dirigencia continuaron con dichas gestiones hasta lograr que también los clubes mexicanos fueran invitados a participar en Copa Libertadores. El pase para clubes mexicanos debía ser gestionado a través de un torneo previo – llamado Copa Pre-Libertadores – jugado ante los equipos venezolanos, que a cambio de una buena suma de dinero arriesgaban sus lugares en la copa. Pero resulta que en el Campeonato Verano 1997, en el que se basaron para otorgar los boletos a dicha Copa Pre-Libertadores, el campeón resultó ser Guadalajara y el Subcampeón fue Toros Neza; aun así los mandamás de nuestro balompié decidieron que los representantes fueran los tapatíos por ser campeones, y América por haber sido líder de la temporada regular. Ante los consecuentes cuestionamientos a dicha decisión – sospechosamente improvisada – por parte de prensa y aficionados, el entonces timonel americanista Carlos Reinoso declaró que la decisión de la Femexfut era sabia, ya que tanto Guadalajara como América deberían ser los representantes permanentes en Copas Libertadores, alegando que tenían ganado ese derecho “por tradición”. Ante tal disparate, don Nacho Trelles respondió con magistral sarcasmo que “si se trata de tradiciones, mejor enviamos unas chinas poblanas”. Entonces, para el siguiente torneo las reglas cambiaron: ahora el criterio clasificatorio era el jugar un torneo previo a la eliminatoria ante los venezolanos, bautizado como “Copa Pre-Pre-Libertadores”; el torneo era jugado en territorio estadounidense, así que el llegar a la justa sudamericana significaba para los clubes involucrados el recorrer un largo camino. Años después, los clubes mexicanos obtienen lugares directos para participar en la competencia y, para clasificarse, debían jugar un nuevo torneo clasificatorio llamado “Interliga” que comenzaba el día 2 de enero y también se jugaba en la unión americana. Es hasta el año 2008 cuando se opta por el sentido común y se decide que la clasificación a torneos sudamericanos se realizará de acuerdo a la tabla de posiciones al final del torneo regular: el torneo Apertura decidirá los clasificados a la Copa Libertadores mientras que el torneo Clausura repartirá boletos rumbo a la Copa Sudamericana; sin embargo, para el año 2009 la Concacaf retira el aval para que los clubes mexicanos participen en la Sudamericana – hecho que motivó que el “Chelís” enviara una sincera mentada de madre a los dirigentes concacafkianos por medio de la prensa, y que por este hecho fuera multado con una fuerte suma de dinero – sin que la dirigencia de la Femexfut modificara los criterios de competencia.

En lo personal se me antoja más lógico el sumar los puntos conseguidos en los torneos Clausura y Apertura y, borrando a los equipos que disputan la Concachampions, en base a la tabla propuesta otorgar los boletos a la justa del continente austral a los tres clubes que mayor cantidad de puntos hayan cosechado.

Los finalistas del torneo anterior ya se encuentran eliminados en el actual: ambos participaron en la Copa Libertadores por su posición en la tabla del Apertura y estarán participando en Concachampions por haber sido finalistas en las postrimerías del año anterior. De esta manera en este torneo Clausura que está por finalizar, sólo se disputan dos lugares más para la Liga de Campeones de la Concacaf… y el orgullo de ser campeón.

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