Etiquetas

sábado, 14 de diciembre de 2013

Peñarol de nuevo estará en La Laguna.

Peñarol regresa a La Laguna.

Plantel de Peñarol en 1987, que visitó la Comarca.
El pasado jueves e efectuó el sorteo para conformar los grupos con los que se disputará la Copa Libertadores en su edición del año 2014. Los Guerreros participan en el certamen por segunda ocasión; antes habían participado en la edición del año 2004, teniendo como rivales a Universidad de Concepción de la República de Chile, Cruzeiro de Brasil y Caracas FC de Venezuela. Además, en la fase de octavos de final se enfrentó al cuadro argentino de River Plate; encuentro que por cierto aún permanece en la memoria de muchos aficionados, a quienes todavía nos duelen las cuchilladas que nos propinó el árbitro paraguayo Carlos Torres en aquel partido disputado en el  Monumental de Buenos Aires.

En esta ocasión, los rivales serán otro venezolano: Deportivo Anzoátegui, además de un argentino: Arsenal de Sarandí y un uruguayo: Peñarol.

Aurinegros y albiverdes se enfrentarán por primera ocasión en un torneo oficial, aunque ya lo habían hecho en un partido amistoso, recordado por los aficionados de antaño que lo presenciamos.

Corría el año 1987 cuando Peñarol arribó a tierras mexicanas para disputar dos encuentros ante la selección mexicana, mismos que terminaron sin goles. Aprovechando su estancia en estos rumbos, la directiva del Santos Laguna logró concertar un encuentro amistoso entre ambos equipos, mismo que se anunció para el domingo 2 de agosto.

Así, con todas sus estrellas, Peñarol se presentó en el estadio Corona en la fecha convenida. La entrada fue regular: poco más de medio estadio; si bien la directiva lagunera esperaba un lleno, éste no se dio, ya que la mayoría de los aficionados pensaron que los aurinegros se darían gusto masacrando a los guerreros, que en aquel entonces militaban en la Segunda División; así que prefirieron abarrotar la Plaza de Toros Torreón, en donde a la misma hora se llevó a cabo un festival taurino a beneficio de la Cruz Roja con un carrtel integrado por el Maestro Eloy Cavazos, imán de taquilla quien alternó con Alfredo Leal y José López Hurtado, lidiando seis ejemplares de la ganadería del Dr. Manuel Labastida.

Primer uniforme en franjas horizontales. Temporada 1986-87
En el Corona, Santos Laguna se presentó ante su afición luciendo un hermoso uniforme en color blanco con sólo algunos vivos en color verde, en aquel entonces los equipos de Segunda División no usaban publicidad en sus atuendos, lo que hacía que éste se viera impecable, a la gran mayoría de los asistentes nos agradó. La alineación inicial fue con Luis Alberto Lozoya en la portería; Tomás Moreno, Orlando Segura, Víctor García y Roberto Rodríguez en la zaga; Julio César Armendáriz, Agustín “Pollo” Lecuona, Javier Arroyo y José Armando “Mandis” Aguilar en la cintura; con Guillermo “Choque” Galindo y Hugo León al frente. Todos ellos dirigidos por Carlos Ortiz Martínez, “la Banana”.

Peñarol por su parte, saltaba a la cancha luciendo su tradicional uniforme: playera a rayas doradas y negras verticales, pantaloncillo negro y medias en color dorado. La alineación inicial fue con Eduardo Pereira en el arco; en la defensa Marcelo Rotti, Obdulio Trasante, José Herrera y José Perdomo; en la media cancha Alfonso Domínguez, Javier Vidal y Gustavo Matosas; mientras que en el ataque alinearon Ricardo Viera, Eduardo da Silva y Jorge Cabrera. El timonel de los charrúas era Óscar Washington Tabárez, actual director técnico de la selección uruguaya que asistirá al Mundial de Brasil 2014. De ellos: Pereira, Perdomo, Trasante, da Silva, Domínguez y Matosas – actual timonel de León – habían levantado la Copa América un mes atrás derrotando a Chile en la final un gol por cero; días antes habían derrotado en semifinales a la escuadra local, Argentina, que un año antes levantó la Copa del Mundo en el estadio Azteca.

Peñarol resultó ser un equipo con mucho oficio, garra y futbol; aunque los Guerreros se les pusieron al tú por tú y respondieron con toque de balón, descolgadas a velocidad y mucho pundonor al momento de meter la pierna. Fueron los laguneros quienes abrieron el marcador cuando lanzaron a profundidad a Guillermo Galindo, quien descolgó por la banda izquierda, entró al área enemiga y venció la salida del arquero para anidar el balón en la portería sur del coso de Las Carolinas. Los charrúas protestaron el tanto alegando fuera de juego del veloz extremo gomezpalatino, sin embargo el tanto fue validado por el nazareno José Refugio Ramírez. Más adelante vino el empate cuando el zaguero José Herrera empalmó el esférico desde fuera del área y enviándolo al ángulo superior a pesar de la estirada de Luis Lozoya, quien nada pudo hacer para detener la pelota: un golazo. En el mismo primer tiempo llegó el segundo gol de los guerreros: Hugo León toca para Guillermo Galindo, quien le devuelve la pared para que descuelgue y anote. Los orgullosos campeones sudamericanos no lo podían creer y se lanzaron a reclamar de manera por demás arrabalera al abanderado Fermín Hermosillo; el estratega Tabárez fue expulsado y, era tanto el enojo de los uruguayos, que en un momento nos parecía a quienes estábamos en la tribuna que abandonarían la cancha dejando el partido inconcluso; afortunadamente volvió la calma y el encuentro se reanudó. Antes de terminar la primera parte, el árbitro “Cuco” Ramírez compensó marcando un rigorista penal a favor de la escuadra visitante para que José Herrera convirtiera su segundo tanto de la tarde emparejando nuevamente el viejo tanteador de lámina del Corona. Al medio tiempo nos llamaba la atención que, mientras los aurinegros descendían por las escaleras dirigiéndose al vestidor respondían con señas y gestos extraños para los oriundos de esta región a los fuertes reclamos que, tras su escenita después del segundo gol albiverde, les eran dirigidos por la raza lagunera. El comentario entre mi palomilla era: “mira cómo ‘mientan’ la madre los uruguayos, para que cuando te haga así sepas de qué se trata”.

Segundo tiempo de lucha sorda, con los sudamericanos dedicándose a ablandar las piernas de los locales, las “caricias” eran respondidas gallardamente por Julio César Armendáriz, quien se engalló sacando a relucir sus merecimientos para ser llamado “El Guerrero Mayor”; también el Flaco Segura y Luis Padrón, quien había ingresado como relevo, le entraron fuerte al intercambio de patadas, tapones, choques cuerpo a cuerpo, empujones, pechazos, dormilonas, pellizcos en costillas y tepalcuanas. En ese tenor de lucha sorda fue cuando emergió la jugada genial que valió el boleto: Javier Arroyo, quien se estrenaba como santista llegando del conjunto de La Piedad, avanzaba rumbo al área enemiga; entre varias opciones que tenía para servir elige ceder el esférico al “Mandis” Aguilar, quien se encontraba en la media luna; ahí, José Armando recibe cuando ya un zaguero carbonero le estaba “mordiendo la mollera”, por lo que decide levantar el balón hacia atrás mientras se giraba, sombrero hermoso; cuando el balón va cayendo, su marcador ya estaba superado y el habilidoso lagunero ya se encontraba frente al arquero Pereira, quien sale con todo a achicar; José Armando toca suavemente la redonda, que clarea al melenudo cancerbero de la tierra del mate y, suavemente, se introduce en la portería norte del pequeño coloso de Las Carolinas. Golazazazo cuyo recuerdo quedó grabado indeleblemente en mi cabeza; poema de gol que puedo decir, sin pensarlo siquiera, ha sido la anotación más bellamente lograda que recuerdo haber visto en aquel estadio; bellísima acción que sólo los pocos aficionados que ahí estuvimos aquel día, tuvimos el privilegio de presenciar.

Aquel tanto fue el que puso cifras definitivas a aquel encuentro. Santos Laguna venció gallardamente a un rival lleno de blasones y que fue, sin duda, un duro sinodal.

Por la escuadra albiverde ingresaron como relevo el ya mencionado Luis Padrón, además de Ernesto Santana y Lalo Rodríguez Tovalín; mientras que por Peñarol también vieron acción Miguel Sabnos y Diego Aguirre.

Recordar aquel enfrentamiento entres Santos Laguna y Peñarol hace emerger de mi mente bellos recuerdos que espero se repliquen dentro de unos meses cuando salga del nuevo estadio Corona tras presenciar una nueva edición de este enfrentamiento, ahora en el marco de una Copa Libertadores.

No hay comentarios.: