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jueves, 27 de marzo de 2014

LIBROS: José Tomás – Diálogo con “Navegante”.

JOSÉ TOMÁS: VIDA Y DEFENSA DE LA FIESTA BRAVA.

El toreo, los valores que representa, su contexto histórico y su relación con las artes son representados en esta obra colectiva que a continuación me permitiré reseñar.

INTRODUCCIÓN: JOSÉ TOMÁS

Para lograr entender mejor esta obra, antes que nada es preciso contextualizar, como lo plantea Ortega y Gasset, el hombre y su circunstancia.

José Tomás Román Martín (Galapagar, Madrid. 20 de agosto 1975) es un torero de época. Si bien es sobrino nieto del prestigiado ganadero Victorino Martín, se inicia en el mundo de la tauromaquia gracias a la afición de su abuelo paterno Celestino Román. Bajo la tutela del ex-novillero Antonio Corbacho se inicia como becerrista y más adelante, como novillero. Debido a las pocas oportunidades de torear en España, en donde según el propio José comenta “debía pagar por torear”, se traslada a México para consolidar su carrera. Si bien logró triunfos en España, incluyendo una salida por la Puerta Grande de la Plaza de Las Ventas, su carrera como novillero se consolidó en cosos mexicanos.

Es precisamente en la Plaza de Toros México en donde toma la alternativa como matador de toros. El 10 de diciembre de 1995 recibe los trastos de parte de Jorge Gutiérrez para doctorarse, teniendo como testigo a Manolo Mejía, lidiando al toro “Mariachi” de la ganadería de Xajay. Días más tarde, recibe una cornada grande en Autlán de la Grana, Jalisco; requiriendo de varias cirugías y transfusiones de sangre para lograr su recuperación.

Más adelante, José Tomás se consagra como el torero consentido de Madrid, en donde logra varias salidas por la Puerta Grande. A la vez que se posiciona como figura del toreo, comienza a hacerse de enemigos ya que junto con algunos de sus colegas, inicia una pugna para que sus derechos de imagen fueran negociados directamente entre matadores y televisoras, y no por parte de los empresarios. Al no lograrlo, decide no regalar su imagen y rechaza presentarse en corridas que sean televisadas. Si bien se presentó en la Plaza México en corrida que fue transmitida por televisión restringida, no hubo repetición en los días posteriores ya que ésta fue una de sus exigencias.

José Tomás basa su tauromaquia en un estilo de temple, trazando muletazos largos y ceñidos, exponiendo el físico sin reservas. Combinando arte y valentía, buscando el lucimiento en base a pases finos y bien ligados, sin aspavientos; su estilo es aquel que los aficionados taurinos llamamos “toreo-verdad”.

Fiel a ese estilo, tras cortar cuatro orejas el 5 de junio del año 2008 en la Plaza de las Ventas – plaza en la que no se otorgan rabos, solamente una o dos orejas –, se presenta en el mismo coso diez días después; en lugar de cuidarse escudado con su triunfo reciente, sale nuevamente a darlo todo cortando tres orejas. No pudo salir a hombros ya que tuvo que asistir a la enfermería para ser atendido de las tres cornadas recibidas esa tarde.
El 5 de julio del 2009, se encierra en la Plaza de Toros de Barcelona con seis toros, cortando cinco orejas. Mi amigo Salvador Barba, quien radica en aquella ciudad, me contó que asistió a aquella corrida, quedando maravillado aunque, me confesaba, “se arrima tanto, que da la impresión de que se quiere morir”.

AGUASCALIENTES, 24 DE ABRIL 2010.

Cornada en Aguascalientes. 24 de abril 2010
Durante los festejos de la Feria de San Marcos, en la plaza de toros del mismo nombre, José Tomás partió plaza junto a Rafael Ortega y Octavio García “El Payo”, para lidiar seis astados de la ganadería de Pepe Garfias. Después de haber cortado una oreja a su primer toro, durante la faena de muleta al quinto de la tarde de nombre “Navegante” quien, tras haber pasado del cuerpo del matador en un cambio de mano, volteó inesperadamente la cabeza estirando el cuello para prender a su lidiador del muslo, causando una herida de 30 centímetros en el triángulo de escarpa que le atravesó la vena femoral, así como la arteria ilíaca, dejándolo al borde de la muerte. Gracias a la oportuna intervención de los médicos José Alfredo Ruiz Romero y Juan Carlos Ramírez Ruvalcaba, así como a los siete litros de sangre que recibió en transfusiones, logró no solamente salvar su vida, sino recuperar la movilidad de su extremidad y volver a vestir el traje de luces.

PREMIO “PAQUIRO” 2011.

Discurso tras recibir el premio "Paquiro 2011"

Tras la vuelta de José Tomás a los ruedos en la Plaza de Toros de Valencia, la tarde del 23 de julio del año 2011 en la que alternó con Víctor Puerto y Arturo Saldívar, le fue concedido el premio “Paquiro”. Este galardón, nombrado así en honor del torero de época de mediados del Siglo XIX, es el mayor premio que se concede en el mundo taurino. Dotado de 50 mil euros, se concede a los autores del suceso taurino ocurrido en el año. Debido a la importancia de haberse levantado del lecho de muerte y lograr volver a torear en plan grande, le fue concedido unánimemente por los miembros del jurado. Tras recibir el premio, José Tomás pronunció un discurso histórico, en el que narra que recibía la visita de “Navegante” unos días después de despertar tras la cornada recibida en Aguascalientes; el matador preguntaba al astado las razones por las que se volvió tan inesperadamente a propinarle aquella cornada, recibiendo una respuesta genial; con esta respuesta, se dio cuenta de la grandeza de su profesión, de lo catártico que resulta perdonar, y de la nobleza del toro bravo. José Tomás expresa que, con aquella cornada, pagó un tributo por la grandeza que el toro le ha conferido. “Ese animal que me quiso quitar la vida en Aguascalientes, es el que me ayuda a vivir la vida más plena que conozco. Y después de ese percance, lo tengo más grande todavía: vivir sin torear no es vivir”. Después de agradecer a quienes hicieron posible salvar su vida, así como su recuperación, anunció que el importe íntegro del premio sería destinado a la cuenta de la Fundación José Tomás, para donarlo a los comedores sociales “Ave María” y “Santiago Masarnau”.

APOTEOSIS EN NIMES Y PREMIO “PAQUIRO” 2012.

El 16 de septiembre del año 2012, José Tomás se encierra en el Coliseo de Nimes con seis toros de diferentes ganaderías. Lleno de “no hay billetes” que resultó una corrida rozando la perfección: seis toros lidiados de los cuales, cinco fueron estoqueados, sin que ninguno de esos cinco se fuera al rastro completo, y uno – “Ingrato”, de la ganadería de Parladé – indultado. Contando los trofeos simbólicos por el indulto, el de Galapagar cortó ONCE OREJAS Y UN RABO. Una tarde de toros apoteósica en la que José Tomás reafirma su consagración como primerísima figura taurina mundial.

Faena de indulto a "Ingrato". Nimes, Sept. 2012.

El suceso anterior le valió que, nuevamente por unanimidad, se le otorgara el premio “Paquiro” el mes de octubre del 2012. En esta ocasión, el importe del premio fue donado a un proyecto de la Fundación José Tomás en colaboración con la Cruz Roja, para ayudar a cien familias que habitan en varios pueblos de la sierra de Madrid. Queda claro además, que para José Tomás, el gran triunfo de Nimes no hubiera sido posible sin las lecciones aprendidas por parte de Navegante.

Aprovechando el evento en el que recibe el premio “Paquiro” 2012, José Tomás anuncia el libro “Diálogos con Navegante”: en esta obra, que tiene como base el discurso pronunciado por él mismo tras recibir el premio “Paquiro 2011”, y complementado con reflexiones en torno a dicho discurso por parte de diversos personajes, visto desde diferentes ángulos y expresado en distintos lenguajes.

DIÁLOGO CON NAVEGANTE.

Tras la presentación por parte del empresario y miembro del jurado del premio “Paquiro” Luis Abril, se lee el texto íntegro del discurso de recepción del “Paquiro 2011” en el que José Tomás reflexiona sobre la vida misma así como su valoración, sobre la Fiesta Brava y sobre el papel que corresponde al matador para la defensa de la misma. Además, queda patente la vocación altruista y solidaria del matador para con la gente necesitada. En base a lo anterior, el libro contiene las siguientes reflexiones:

  •      Mario Vargas Llosa: Premio Nobel de Literatura, aficionado y defensor de la Fiesta Brava escribe el “Monologo del toro, frente a José Tomás. Después de definir la relación entre el toro y el ser humano, que se remonta al comienzo de la civilización, y siguiendo la dinámica de José Tomás de darle voz al toro, se pone en la piel del cornúpeto y explica cómo es la naturaleza del mismo, la que lo hace diferente del resto de los animales. También comenta cuál es el rol tanto del toro como del torero dentro del ruedo, y de cómo, cuando ambos cumplen con ellos a cabalidad, surge el arte creador.
  •      Paco Aguado: periodista taurino, nos presenta “Verdades sobre la arena”; ensayo sobre la pureza de un rito mediterráneo llamado toreo, que se basa en el respeto histórico que se le ha tenido al toro; reflexiona además sobre cómo se ha mantenido intacta la naturaleza del toro al que, en lugar de esclavizarlo “al sentido productivo de la carne y de la leche, le permitió seguir manteniendo su esencia de tótem, su agreste libertad de símbolo de fertilidad y fuerza”. En el ruedo nada es mentira, comenta Paco, sino que al contrario: “cuando la barrera de la vida se delimita con la delgada línea roja de una femoral expuesta a los pitones, la mentira huye abrumada por la rotunda exhibición de una realidad cruda y cruenta, que no cruel”; de ahí que la honestidad y la sinceridad son valores de la Fiesta Brava. En el caso particular de José Tomás, el autor evoca el uso de la libertad del matador: libertad de elegir jugarse la vida en pos de la trascendencia y, sobre todo, de ser sincero consigo mismo. Finalmente, advierte sobre las amenazas a la libertad que pretenden imponer quienes, en aras de imponer un nuevo orden mundial, pretenden deshacerse de las incómodas verdades que encarna y representa el toreo. “El toreo es un molesto recuerdo de lo que somos, una escuela de vida demasiado evidente para quienes descastan hasta el lenguaje y pretenden asfixiar las esencias”; expresión contraria “al productivismo anglosajón y su imperialismo globalizador”. En fin, un ensayo sumamente interesante sobre la incómoda – para algunos - verdad que se vive en las plazas de toros, “arenas de la verdad donde la magia aún no es electrónica”.
  •     Araceli Guillaume-Alonso: Doctora en Filología Hispánica y profesora titular de la Sorbona en París escribe un interesante ensayo titulado “La solidaridad en la cultura taurina”; en él, la autora reafirma el histórico sentido filantrópico y solidario de la Fiesta Brava. Relata cómo, a pesar de los múltiples intentos por acabar con la Fiesta, debido a las dificultades burocráticas para conseguir los permisos reales, las razones de peso para justificar la realización de estos festejos era la ayuda tanto a las viudas que alquilaban sus ventanas y balcones a los espectadores de estos espectáculos, así como el compromiso de los empresarios de donar parte de la utilidad a obras de caridad. Después de apelar a la definición del término “cultura” por parte de la UNESCO, deduce que “es legítimo considerar como rasgo cultural el sistema de valores que caracteriza o rige cualquier actividad humana, en este caso la taurina”; y uno de estos valores que la caracterizan, es la beneficencia. Los actores de la Fiesta Brava se organizan gremialmente y siempre están dispuestos a ayudar tanto al compañero herido, para costear su recuperación, como para auxiliar a grupos desprotegidos o golpeados por alguna epidemia, desastre natural o carencias históricas. Así, se han organizado festejos taurinos de beneficencia, cuya recaudación ha ido a parar tanto a hospitales y obras locales, hasta para destinatarios remotos como los niños de Bosnia durante la guerra de la antigua Yugoslavia, o para la reconstrucción de Haití. En el caso particular de José Tomás, se mencionan las obras de caridad emprendidas por el matador: las 500 becas para alumnos de bachillerato faltos de recursos pero con excelencia académica, que ha emprendido en Aguascalientes, así como la ayuda a comedores y hospitales en España. “La sociedad taurina, en la evolución histórica de sus espectáculos y de los comportamientos de sus protagonistas, ha adquirido, integrado y asimilado la solidaridad como rasgo de identidad diferenciador de su propia cultura”, concluye.
  •     Agustín Morales Padilla: empresario de la comunicación en Aguascalientes titula su texto simplemente “José Tomás”. En él, además de hablar sobre el drama que vivió aquél 24 de abril del 2010, tras la cornada de Navegante a José Tomás, relata los lazos que unen al fenómeno de Galapagar con la ciudad de Aguascalientes: de cómo la eligió como su segunda casa, ciudad en la que radica durante varios meses del año. En este relato nos da cuenta de la determinación de José Tomás por recuperarse de la lesión que lo tuvo al borde de la muerte, así como de la gratitud expresada por él cuando, tras materializarse su regreso a los ruedos en la Plaza de Toros de Valencia, realizó un emotivo brindis a los médicos que hicieron posible su completa rehabilitación; dos de ellos procedentes desde Aguascalientes por invitación del matador.
  •     Natalia Radetich Filinich: Maestra en Filosofía, autora de la tesis: “Filosofía y sacrificio: una exploración en torno al sacrificio taurómaco” escribe un ensayo titulado “Defensa de la fiesta”. En él, inicia explicando cómo el hombre siente una “ancestral fascinación por la figura del toro”, y de cómo se realiza la corrida de toros, que es la preservación de aquella adoración que sentía el hombre antiguo por estos animales. “Con ligereza y gesto mágico, el hombre convierte la brava acometida del animal en estético pase: vestido de seda y oro bordado, el héroe solar contemporáneo envuelve al animal en los volátiles pliegues del capote o la muleta”, apunta la autora. Explica a qué se le llama “pase” y por qué no todos ellos arrancan el “¡Olé!” de la concurrencia. “El “¡Olé!” surge en los tendidos cuando hombre y animal están en un apresamiento mutuo, formando un nudo fantástico; el grito sólo emerge cuando toro y torero integran una figura mixta y minotáurica”. También muestra una comparación entre el toreo y la tragedia griega, ya que ambas son representaciones de la relación de un hombre con la fatalidad; con la diferencia de que, mientras que en la tragedia griega, el protagonista siempre es vencido por “la fuerza lastimosa del destino”, en el toreo el resultado es inverso: “el hombre vence al destino”.  Evoca la vitalidad y la fuerza engendradora del toro, que se traduce en una fuerza engendradora de cultura: poesía, pintura, literatura, escultura, música; mas sin limitarse a estas artes, sino que también es generadora de un culto lenguaje, que da lugar a largas charlas acerca del desempeño tanto de matadores como del ganado dentro del ruedo. Para terminar este excelente relato, rebate algunas afirmaciones provenientes de aquellos grupos que pugnan por la abolición de la tauromaquia, quienes conciben la “animalidad reducida a obediente mascota, a sufriente animal de laboratorio o a carne producida en masa”. Cierra el círculo reafirmando el concepto de los taurinos como “la posibilidad de restituir el lugar del animal no doméstico, del animal indócil e insubordinado, de esa animalidad potente y vigorosa que los antiguos hombres representaron en las paredes de las cuevas”.
  •       Vicente Zabala de la Serna: periodista taurino escribe acerca del “Valor y valores del toreo”. Valor para plantarse frente del toro, para mantenerse quieto dominando el miedo. Sin embargo, afirma, el valor no es lo único que se necesita para torear de manera correcta. Valor como el que tuvo José Tomás cuando, el 15 de junio de 2008 regresaba a la Plaza de Las Ventas tras haber cortado cuatro orejas una semana antes. El matador se olvida de su triunfo anterior y, siendo congruente con sus valores –éticos y estéticos – vuelve a exponer el físico, repitiendo triunfo aunque sufriendo tres cornadas; cornadas que el matador cataloga como el tributo a pagar al toro a cambio de los triunfos y la grandeza que le han dado. En el mismo tenor que Araceli Guillaume-Alonso, Zabala de la Serna menciona también el valor de la solidaridad de los toreros ante las tragedias gremiales y naturales. “En el toreo del siglo XXI tal vez se hayan extendido ciertas metástasis de los tumores malignos que devoran la sociedad en que habita; pero lo que no admite duda es que en la sociedad no se han expandido los valores éticos del toreo, los que arden en su núcleo como el magma de la Tierra.” Concluye.
  •     François Zumbiehl: catedrático de letras clásicas y Doctor en Antropología, quien encabezó la moción para lograr que el Ministerio de Cultura de Francia incluyera a la Fiesta Brava en su inventario de Bienes de Interés Cultural, escribe “Alma herida”. Desde el punto de vista antropológico, Zumbiehl intenta descifrar el problema existencial del torero frente al toro: la fusión torero-toro que engendra arte, así como ciertas amarguras e insatisfacciones que sienten los matadores cuando, tras una faena, sienten que dejaron de expresar alguna faceta de su arte, y que impidieron que el toro se expresara en plenitud. Enfocado en la frase “vivir sin torear no es vivir” de José Tomás, reafirma el hecho de que para el matador engendrador de arte, “a la hora en que se lía el capote de paseo para, una vez más, ‘pisar el terreno de la libertad’, en donde todo, durante algunos minutos va a ser posible”.

Tras los agradecimientos por parte de Rogelio Pérez Cano, de la Fundación José Tomás, finaliza esta hermosa obra en la que, vista desde diversos ángulos, la historia de vida protagonizada por José Tomás es digna de contarse, haciendo énfasis en los valores que contiene: tenacidad para llegar a la cumbre, valor, coraje para aferrarse a la vida, liberación interior, uso de la libertad plena, solidaridad y filantropía; valores que encarna la Fiesta Brava.


FICHA:
José Tomás, Mario Vargas Llosa. Diálogo con Navegante.
Espasa Libros, S.L.U.
Barcelona, 2013.
148 pp.

ISBN: 978-846-702-546-0











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