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miércoles, 22 de junio de 2016

Polémica tras el 0 - 7 ante Chile

Diálogos con Tadeo - Capítulo I

Hace unos momentos conversé con mi amigo Tadeo. Suele llamarme por teléfono sin frecuencia definida; cuando lo hace, generalmente es para discutir sobre deportes, principalmente futbol. Tadeo se considera un conocedor de futbol y de deportes en general ya que, como él orgullosamente dice, se mantiene bien informado debido a que desde hace tiempo, devora cuanto programa deportivo aparece ya sea en radio – lo escucha cuando conduce su vehículo o se encuentra laborando – o televisión. De unos cuantos meses a la fecha, desde que lo enseñé a usar Twitter, suele seguir a todos los conductores “de la prensa nacional” dice con mucho orgullo, queriéndose dar caché lambisconeando a los capitalinos. En realidad es algo corto de entendimiento, los argumentos con los que me discute en realidad son aquellos que escucha decir a los comentaristas que aparecen en los programas que ansiosamente consume. Al inicio de cada discusión, presenta los argumentos como suyos, mas cuando le cuestiono acerca del origen de dichas peroratas, termina citando la fuente: “lo dijo Toño de Valdés por la mañana” o “lo acaba de afirmar Orvañanos en su programa de las cinco”. Si bien no es siempre agradable escucharlo necear cuando repite argumentos insulsos, me es útil conversar con él; es mejor escuchar de su boca un resumen, que escuchar toda la ristra de programejos que suelen versar sobre temas comunes; algunos sazonando sus argumentos con pimienta, otros con hiel, otros con limón; sin embargo el guiso es básicamente el mismo. Escuchar lo que me cuenta Tadeo en diez minutos equivale a escuchar un extracto de los programas que en el transcurso del día se transmiten.

El día de hoy el tema versó sobre la derrota escandalosa que la selección chilena propinó al representativo mexicano en la fase de Cuartos de Final de la Copa América Centenario.
  • Qué chinga nos arrimaron – fue con lo que abrió.
  • Fue una madriza escandalosa, por donde se le quiera ver – respondí.
  • Urge mandar a chingar a su madre a Juan Carlos Osorio… ¡pero a la de YA! – afirmó categórico Tadeo.
  • ¿Y por qué con tanta urgencia? – respondí con ironía – si apenas es el primer partido que pierde al timón de la selección.
  • Pero nunca tan feo le habían pegado a México. Son una vergüenza los ratoncitos verdes.
  • Pero a esos ratoncitos verdes los has defendido a capa y espada. Sigues sus andanzas por el futbol europeo, me cantas cual juglar medieval todas y cada una de sus hazañas con el Porto, el PSV, el Málaga, etc.
  • Es que este entrenador pinchurriento los hace ver mal con tanto cambio de jugadores. Más de treinta durante los últimos partidos que ha dirigido. Esa es la causa de que les hayan arrimado la chinga del pasado sábado; como si en su libretita tuviera la receta para jugarle a cada equipo contrario.
Procedí a contarle la historia de Faustino, un subalterno que tuve hace muchísimos años cuando trabajé en el desaparecido Banco del Atlántico. A pesar de ser bien parecido, no se metía con nadie durante horas de trabajo. Solía permanecer ajeno al chismorreo tan común entre los oficinistas de aquella institución; eso le hizo merecedor al calificativo de “sangrón”, antisocial, nerd, rata de biblioteca, etc. A pesar del mal ambiente que los burócratas de aquel tiempo le generaban, siempre se encontraba atendiendo clientes. A pesar de que otros ejecutivos de cuenta ofrecían atender a quien llegaba – buscando llevarse la comisión correspondiente por la apertura de cuentas – quien iba a aquel banco era buscando la atención de Faustino. En una ocasión, tomó una mala decisión que causó pérdidas al banco, y el consiguiente gran enojo de la superioridad. Sus compañeros de trabajo aprovecharon la ocasión para desahogar sus envidias salpicadas de ponzoña. Cada uno de ellos aprovechó para buscar la causa del error de Faustino en lo que de él envidiaban. “Nunca ha convivido con nosotros, se considera superior. A ver si ahora cae en la cuenta de que es un simple mortal”, comentó uno. “De seguro se desmañana para poder venir tan catrín al trabajo. Hacerse ese nudo tan perfecto en la corbata debe llevarle cuando menos media hora”, decía otro. “A cada rato sale en el periódico, en la sección de sociales… por andar de socialitos no se concentró en el trabajo y por eso la regó”, complementaba una de las cajeras. El gerente de plaza me comunicó que pensaba despedirlo. Le pedí tiempo para evaluar de mejor manera la situación. Si bien admito compartir algunas de las envidias que el resto de los empleados de la sucursal le tenían a Faustino, procedí a evaluar la situación de la manera más objetiva posible. Aunque habría que pagar una buena cantidad de dinero al cliente al que hubo que indemnizar por el error de Faustino, el saldo era mucho menor que la cantidad de dinero que circulaba en las cuentas que había logrado abrir en los dos años que llevaba trabajando en la sucursal. De esta manera propuse que se le aplicara una sanción administrativa consistente en que se le redujera el monto de sus comisiones durante un tiempo, para resarcir dicho error. Hubo descontento entre sus compañeros, y mucho. Ellos querían que corriera sangre. No me importó. Sabía que la sucursal que yo dirigía comenzó a ser rentable hasta que Faustino llegó a ella; gracias a los contactos que él tenía en el Club Rotario, el dinero de muchas chequeras llegó a aquel banco...
  • ¿Eso qué tiene que ver con lo de Osorio? – Me interrumpió un poco fastidiado Tadeo.
  • Que cuando algo te es incómodo en una persona, terminas por envidiarlo y odiarlo. Así que cuando esa persona comete un error o cae en desgracia, afirmas que la causa de dicho error o desgracia es aquello que te incomoda de dicha persona. ¿Te ha sucedido?
  • Si – respondió sumamente molesto –, recuerdo que me sucedía con mis padres: cualquier cosa mala que me sucedía, lo atribuían a que yo era vago, a mis amistades, a que la novia que tenía en aquel entonces no me convenía, etc.
  • Eso es lo que en este momento está sucediendo con Osorio…
  • Pero, ¿qué se le puede envidiar a ese cabrón? – interrumpió molesto.
  • Para empezar, no es el director técnico que quiere la prensa…
  • ¿Por qué lo van a querer, si es re malo?
  • La prensa no te quiere o deja de querer en base a lo bueno o malo que seas, sino a lo mediático que les resultes, mi chavo. ¡Te haces viejo y no entiendes! Si un director técnico no genera polémica con sus declaraciones, no da nota. Si la prensa publica notas a partir de los planteamientos tácticos, no vende: lo que vende es el morbo, el chisme. Por eso la prensa estaba contentísima con Miguel Herrera; su capacidad de meterse en líos, broncas, chismes, producía nota suficiente para llenar las planas de los diarios durante toda una semana. Polémica barata que es la que consume el vulgo, así como tú comprenderás… Un director técnico que se dedica a trabajar no le es rentable a la prensa de calorías huecas que sueles consumir.
  • ¡Ya vas a empezar a chingar con eso – se molestó Tadeo –! Además, te voy a decir una cosa: sí realiza la prensa planteamientos técnicos. ¿Cuándo has visto que un equipo realice tantos cambios de un partido a otro?
  • De entrada – respondí –, no hay punto de comparación. Me explico: los directores técnicos de clubes trabajan con sus jugadores diariamente durante meses. Realizan rotaciones quizá mayores que las realizadas por Osorio; en interescuadras, partidos amistosos a puerta cerrada ante equipos del Ascenso. Así como Osorio envió un cuadro alternativo ante Jamaica, los directores técnicos de los clubes envían cuadros de suplentes a afrontar algunos partidos de Copa MX y de Concachampions. Tener una formación base toma tiempo.
  • Pero los directores técnicos como Lapuente o Tomás Boy, le están dando con todo.
  • ¿Y ellos quiénes son? Que Lapuente, que se jacta de ser muy ganador, recuerde que ya le descendió un equipo. Y Tomás Boy nunca ha ganado nada. Es muy mal perdedor. Y así sucedió cuando llegó Menotti y salió Carlos Miloc a colgarse de su fama atacándolo. Lo mismo le sucedió a LaVolpe, quien tuvo en Hugo Sánchez una piedrota en el zapato.
  • ¿Y qué crees que sucedió? Entonces Osorio no tuvo nada de culpa…
  • Claro que tuvo su parte de la culpa. Osorio olvidó tomar en cuenta una variable en la ecuación táctica, que es el concepto de liderazgo. Jugar en Europa no te hace para nada un líder. Y sin líderes, el equipo se cae en el aspecto anímico. Claro que la regó Osorio. ¿Cómo se le ocurrió salir con Guillermo Ochoa como arquero titular? ¿Qué nunca vio los partidos de la Copa del Mundo? ¿La cara de asustado con la que salía a la cancha? ¿Qué plus te puede dar un arquero que no sale de su área chica? ¿Qué liderazgo va a tener un muchacho al que se nota a leguas que no le hace caso ni su perro? Creo que eso fue lo que olvidó el Sr. Osorio. Creyó que estos planteamientos tácticos los cargó como si fuera a jugar el partido en el PlayStation. No había quién gritara. No hubo alguien que cuando menos, soltara una patada para mostrar vergüenza, como lo ha llegado a hacer Rafa Márquez, sin importarle que después lo tilden de violento o mal perdedor.
  • Nomás no te puedo ganar, cabrón – advirtió entre molesto y resignado Tadeo –. Pero todo eso que me dices, respóndeselo a los que salen en los noticieros nacionales…
  • Chilangos, Tadeo. Es prensa regional capitalina, aunque de alcance al resto del país…
  • Bueno: lo que sea. Respóndeles por Twitter, como me enseñaste…
  • Respóndeles tú, no seas güevón. Para eso te enseñé a usar esa herramienta. Usa, si quieres, los argumentos que te acabo de dar. Mañana me cuentas qué te respondieron.
  • Está bueno. Total: ¿Crees que corran a Osorio?
  • Creo que no deberían – respondí –. De hacerlo, estarían abortando un proyecto serio. Estarían capitulando además, ante el poder de la prensa.
  • Bueno: yo creo que sí lo van a chispar. Cuando se sepa la suerte de Osorio, volvemos a hablar.
  • Me parece bien. Ahora, debo volver a trabajar. Mañana me cuentas en qué va la novela del entrenador colombiano.
  • Órale, pues.
A pesar de todo, me gusta discutir con Tadeo por dos razones: porque siempre le gano y, porque al hacerlo, siento que indirectamente le doy sus coscorrones a aquellas divas del micrófono que se sienten dueños de la verdad absoluta. Siendo sincero, no estoy tan seguro de algunos argumentos con los que lo contradije; el caso era contrapuntear y hacerle ver a mi buen televizombie la otra cara de la moneda.

Si seguirá Juan Carlos Osorio al frente de la escuadra tricolor o no, no es mi decisión. No me consultarán, tampoco a Tadeo ni a ustedes, los destinatarios de este texto. Una vez que se conozca el desenlace de este culebrón, seguro me espera otra conversación futbolera con Tadeo. Seguramente el fin de semana, en la botana.

jueves, 16 de junio de 2016

Aficionados a la Fiesta y LGBT: minorías víctimas de terrorismo e intolerancia.

Similitudes y diferencias ante las expresiones de odio en su contra



En nuestra sociedad existen minorías compuestas por personas homosexuales, bisexuales y transexuales; ellos han sido discriminados a lo largo de los siglos por ejercer una sexualidad diferente, la cual es considerada una desviación por la gran mayoría de quienes componen dicha sociedad. Si bien han logrado estas minorías que, en estas últimas tres décadas, sus derechos como personas sean reconocidos, existe una condena mayoritaria a su estilo de vida. La lucha emprendida en favor de sus derechos y libertades genera reacciones en contra, algunas de ellas esgrimiendo argumentos diversos, y otras irracionalmente intolerantes.

De la misma manera, en algunos países existe una minoría de personas con afición a la tauromaquia, en sus distintas usanzas. Si bien históricamente estas tradiciones han tenido enemigos y opositores, es en estas últimas tres décadas cuando estos ataques a gran escala han arreciado. Ser aficionado a los toros ha pasado de ser algo normal, a ser algo similar a un estigma.

Ser aficionado a la tauromaquia, o miembro de las comunidades Lésbico-Gay, Bisexual y Transexual (LGBT) significa ser estigmatizado, perseguido y, en muchas ocasiones, violentado. Veamos algunos ejemplos:

La sociedad estadounidense, y de todo el mundo se encuentra pasmada ante un suceso que puede calificarse como terrorista, homofóbico; intolerante, en resumen. El pasado domingo 12 de junio, un sujeto de nombre Omar Mateen, estadounidense de origen afgano, arremetió con armas de grueso calibre en un bar LGBT de la ciudad de Orlando, Florida, matando a 50 personas e hiriendo a otros 53.  El hecho fue ampliamente difundido por todos los medios de comunicación y condenado a nivel mundial. El perpetrador, quien resultó abatido, pasará a la historia como un intolerante asesino.

Intento de incendio en la residencia de André Viard


De igual manera, el 26 de julio del 2011, miembros de un grupo llamado “Frente de Liberación Animal” intentaron incendiar la casa del presidente del Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas de Francia, André Viard, cuando él y su familia dormían. Afortunadamente no se produjeron víctimas, ya que una de sus hijas despertó y alertó al resto de la familia. Este hecho fue escasamente difundido. No se conoce acerca de ningún sujeto detenido por esta tentativa de homicidio múltiple, a pesar de que el mencionado colectivo se adjudicó su autoría. Dos hechos que, si bien, no se comparan en cuanto a número de víctimas, son similares en cuanto a haber sido perpetrados por intolerantes, motivados por odio y prejuicios. De la misma manera, así como podemos nombrar infinidad de atentados contra personas LGBT, podría contar infinidad de atentados en contra de la comunidad taurina: manifestaciones en las que impunemente se nos llama “asesinos”, “sádicos”, “torturadores” y lindezas similares; vandalización de pinturas, murales y estatuas con motivos taurinos, así como pintas en las fachadas de algunas plazas de toros; el intento de incendiar la plaza de toros “La Petatera” que año con año se levanta en Villa de Álvarez, Colima; las agresiones sufridas por aficionados que se dirigían hacia las plazas de toros en Valencia, Zaragoza y Barcelona, por mencionar algunas; intentos irresponsables por “liberar” reses bravas en el trayecto de las ganaderías hacia las plazas de toros; hasta el intento de asesinato mencionado al inicio de este párrafo.

Ante estos dos hechos, la pregunta que cabe hacernos es: ¿por qué las acciones en contra de los LGBT son cada vez más condenadas y publicitadas, mientras que la violencia de la que han sido víctimas los aficionados a los toros es poco difundida, y hasta justificada?

Los colectivos LGBT están formados por personas que históricamente han sido discriminadas, por lo que desean romper dicha condición. Se han organizado, han cabildeado, se han hecho escuchar. La sociedad los ha escuchado; primero, por ser personas; segundo, gracias a su admirable organización, por su capacidad de hacerse presentes en cuanto foro les sea posible.

Por otro lado, los aficionados a los toros nacimos en una sociedad en la que ejercer como tales era algo cotidiano; algo así como ser aficionado al futbol, al béisbol o a cualquier otro deporte popular. Para la mayoría de las familias era normal salir un domingo a la iglesia, a comer, a pasear y por la tarde a presenciar una corrida de toros. Ahora, poco a poco, ser aficionado a los toros se ha vuelto políticamente incorrecto. ¿Quién indujo este nuevo orden mundial? Las grandes corporaciones, las transnacionales que han encontrado en la industria de la mascota un flujo de efectivo superior a los 25 billones – sí, billones: millones de millones – de dólaresanuales. En sí, el hecho de que la tauromaquia exista no obsta para que su negocio continúe creciendo; sin embargo, patrocinan a los grupos que abogan por su prohibición ya que hacerlo va en consonancia con su último fin: hacer ver a los animales tan humanos como el mismo Ser Humano. De esta manera retiran su publicidad de los medios que llegaban a transmitir programas relativos a la tauromaquia, a la par que cabildean leyes tendientes a prohibir los espectáculos taurinos, además, claro está, de auspiciar fundaciones que realizan el trabajo sucio para pedir la prohibición de la fiesta brava. Cuando ven que lograr lo anterior es imposible, buscan, invocando falazmente a la Organización de las Naciones Unidas, prohibir la entrada a los menores de edad a los espectáculos taurinos para, así, cortar la cadena de transmisión de esta tradición.

Entre los colectivos LGBT y los aficionados a los toros hay diferencias en cuanto a las reacciones ante las agresiones sufridas: mientras que cuando los de sexualidad diversa reaccionan sonoramente ante las agresiones, denuncian y claman justicia por todos los medios; los aficionados a los toros, quienes presumimos ser valientes, arrojaos, echaos pa’lante, soportamos estoicamente las agresiones de los antitaurinos, quienes cuando se enteran de accidentes o tragedias en el ruedo,hacen escarnio. Mientras que en el estado de Jalisco, el funcionario estatal que comentó en su perfil de Facebook su lástima porque el número de muertes en bar Pulse fue de solamente cincuenta personas y no cien, fue cesado de sus funciones; a quienes han deseado la muerte a los toreros heridos, o se regodearon con el fallecimiento de Rodolfo Rodríguez “El Pana” no se les acusó de delito alguno. Precisamente porque el nuevo orden mundial hace ver a los animales como humanos y, por lo tanto, a los taurinos como asesinos de estos ahora humanos.

A la par que las leyes han sido modificadas en un buen número de países para reconocer los derechos de los LGBT para que éstos dejen de ser considerados seres inferiores, se cabildea buscando otorgar derechos a seres que éticamente no pueden tenerlos, como lo son los animales. A la luz de la ética, lo explica perfectamente el filósofo español Fernando Savater: "Los animales no tienen derechos en el sentido estricto de la palabra, pues tampoco tienen ningún deber. El derecho es una cosa que los seres humanos nos concedemos, entendemos que uno tiene un deber y por lo tanto tiene un derecho correlativo de exigirlo. Un animal vive fuera del reino de las leyes, uno puede concederle derechos. Por ejemplo, una vaca que vive en mi finca, tiene derecho a estar allí porque es parte de mi derecho a tener vacas. Pero la vaca no tieneen sí misma derecho." Cierro la cita y aclaro que, de ninguna manera pretendo comparar el dar derecho a los LGBT, quienes son seres humanos, con los animales que de ninguna manera lo son.

Los lamentables sucesos del pasado domingo nos demuestran los horrores que son capaces de producirse cuando se mezclan la intolerancia y el fanatismo, patrocinados y exacerbados por poderosos intereses externos. Los colectivos LGBT han padecido este fanatismo y esta intolerancia, al igual que los aficionados a los toros; recordemos las protestas violentas que se han suscitado alrededor de plazas de toros en ciudades de México, España, Francia y Colombia; afortunadamente – hasta ahora – sin muertes qué lamentar.

Independientemente de las opiniones particulares acerca del estilo de vida de los LGBT, los aficionados a los toros deberíamos seguir su ejemplo. Organizarnos y levantar la voz cada vez más alto para exigir cobertura a nuestras acciones y respeto a nuestros derechos como personas es algo que debemos admirarles e imitarles. A la vez, estoy seguro de que, debido a lo que han padecido, los LGBT que lean este pequeño ensayo tomarán conciencia fácilmente de la situación por la que atravesamos los taurinos y, a partir de ahora, respetarán y se solidarizarán con nuestros derechos como personas y como minorías, de la misma manera en la que exigen los suyos. Claro está, siempre y cuando nosotros los taurinos también los respetemos como personas.


Seamos tolerantes, y exijamos respeto a nuestros derechos. 

viernes, 10 de junio de 2016

Prensa voraz y desinformadora

Resumen de un draft como cualquier otro


Miércoles 7 de junio de 2016, día en el que se celebró el famoso régimen de transferencias del futbol mexicano; día en el que los jugadores se vuelven mercancías que se ofrecen – algunos – al  mejor postor algunos, otros se colocan en el aparador en busca de un incauto que los compre, otros más se anotan en el catálogo de ofertas de liquidación cual venta de cochera.

Si bien en estas fechas hay muchísima información futbolera qué consumir; como lo es lo que está sucediendo en la Copa América Centenario, o acerca de la Euro 2016 que está por iniciar; lo cierto es que el fanático mexicano se encuentra en busca de información, datos o simplemente promesas acerca de cómo se reforzará “su” equipo de cara al campeonato venidero. Aprovechando lo anterior, la prensa baratera aprovecha para llenar sus espacios con especulaciones, trascendidos o simples rumores al respecto. Si revisamos cada uno de estos medios, y comparamos los rumores que esparcieron respecto a fichajes o intercambios contra los movimientos que realmente se llevaron a cabo, se mostraría que su porcentaje de efectividad sería más paupérrimo que el de un noveno bat de equipo sotanero en cualquier liga beisbolera.

Como siempre, la atención de la prensa capitalina, que se ostenta como “nacional”, se centra en las expectativas de los tres equipos de aquella ciudad; además del popularísimo Guadalajara; equipos que concentran al 68% del total de seguidores que viven en nuestro México; seguidores que alimentan el mito de que la totalidad de los jugadores que actúan en nuestro país anhelan jugar en alguno de estos equipos, proclamados por la prensa chilanga como “los grandes”, aunque los resultados recientes no respalden dicha afirmación. Por otro lado, la prensa regiomontana también se encarga de esparcir rumores acerca de posibles fichajes de sus millonarias escuadras. Por cierto, continúa siendo un misterio el algoritmo para determinar los porcentajes de posibilidad de transferencia de jugadores que tanto se maneja por aquellas tierras; es divertidísimo escuchar cómo, con la misma seguridad con la que las chicas que informan el pronóstico climatológico mencionan el porcentaje de probabilidad de lluvia, los merolicos deportivos regiomontanos mencionan que, en este momento, se tiene un sesenta por ciento de posibilidades de que el goleador del futbol argentino sea el nuevo refuerzo de uno de los equipos que juegan al pie del Cerro de la Silla. Una de dos: o el algoritmo es alimentado por variables chafísimas, o dichos porcentajes dependen del tamaño del chayote que los promotores interesados depositan.

Y, mientras tanto en la Comarca Lagunera, la prensa local, en su mayoría presa de sus complejos y resentimientos, pondera uno que otro rumor respecto a Santos Laguna a conveniencia. Fuentes históricamente confiables como Gustavo Mendoza o Alberto Ruiz, quienes cuando se atreven a divulgar información relativa a altas o bajas de Santos Laguna es porque tienen “los pelos de la burra en la mano”, adelantaban los fichajes de los colombianos Andrés Murillo y Freddy Hinestroza, además del uruguayo Jonathan Rodríguez. Mientras, otros medios se encargaban de sembrar temor entre la fanaticada santista en base a rumores sobre supuestas salidas de jugadores como Jesús Molina o hasta el mismo arquero Agustín Marchesín.

Comienza el régimen de transferencias y los rumores por parte de algunos comunicadores quienes, con una seguridad tal como si estuvieran dentro del bunker en el que se lleva a cabo el mercado de piernas reportan posibles movimientos, mismos que usualmente no llegan a concretarse. Sin embargo, estos merolicos lograron su cometido: tener al público cautivo durante horas.

Pasando mediodía, uno de ellos suelta un rumor que retumba tanto en la Comarca Lagunera como en la Sultana: anuncia que se cocina un intercambio en el que el arquero santista Agustín Marchesín iría a Monterrey, a cambio del colombiano Dorlan Pabón. En Monterrey el rumor provoca ilusiones: tras la pléyade llegada al conjunto rayado, el moreno ya  no es la joya de mayor quilataje en aquel club; así que ven de buena manera la supuesta llegada el mejor arquero del futbol mexicano. En La Laguna, mientras la mayoría de los aficionados albiverdes que se enteran de tamaño borrego suelto, se indignan – incluso en la cuenta de Instagram del arquero argentino aparecen comentarios en tono de reclamo –. Por otro lado, un pequeño número de comunicadores, queriendo parecer intelectuales y/o polémicos, incluso publican líneas a manera de “reflexiones” ponderando que Santos Laguna saldría ganando con dicho cambio. Finalmente Fernando Schwartz, periodista que suele estar bien informado, confiesa que cayó en el garlito y, erróneamente, alimentó semejante patraña al difundirla. Afortunadamente, un gran número de aficionados laguneros, conocedores del teje y maneje de estos días, tomaron dicho rumor como una broma propia de estos días del erróneamente llamado draft.

Finalmente, la nota anunciado por los señores Alberto Ruiz y Gustavo Mendoza – y después, irresponsable y antiéticamente fusilada por algunos pobres diablos – se hizo realidad: Santos Laguna anunció la contratación de los colombianos Murillo e Hinestroza, quedando pendiente la confirmación de la nota acerca del charrúa Jonathan Rodríguez, a quien podrán contratar en días posteriores; la renovación del préstamo de Kristian Álvarez era algo que se veía venir; se confirmó la transferencia de Adrián Aldrete a Cruz Azul; otras salidas que se daban por hechas por simple lógica, se confirman: Rentería sale a Querétaro y Néstor Calderón, a Guadalajara. Finalmente, en trueque de última hora que ni los mismísimos mayas supieron predecir, la directiva lagunera obtiene al argentino Emiliano Armenteros y al juvenil David Andrade, a cambio de los delanteros Javier Chuletita Orozco y Luis Ángel Quik Mendoza; seguramente en la papelería irá la advertencia de que ambos jugadores recién adquiridos por la escuadra lacandona llegan con la mira ligeramente chueca. Transacciones de club a club, con cero comisiones para los intermediarios, quienes desde ya, intentarán sembrar pesimismo entre la afición lagunera.

Al final del día, pocos cambios: un número muy inferior al que se espera. Sin contrataciones bomba, sin grandes desembolsos económicos. Los ganadores fueron los medios de comunicación, quienes como siempre, llenaron sus espacios en base a rumores… como cada semestre. Y los fanáticos, como cada semestre se ilusionaron, consumieron y, finalmente, se decepcionaron.

Y esta fue la historia del mercado de piernas rumbo al torneo Apertura 2016. En diciembre, si Dios nos da licencia, comentaremos el siguiente draft en lo que será, seguramente, algo parecido a una calca del presente artículo.

domingo, 5 de junio de 2016

El Pana y Muhammad Ali

Similitudes en la forma de ser de ambos personajes


En las últimas 48 horas, hemos sufrido el deceso de dos personajes icónicos de la Fiesta Brava – Rodolfo Rodríguez “El Pana” – y del boxeo – Muhammad Ali –. Además de la cercana fecha de sus decesos, ¿qué tuvieron en común ambos personajes?

Rodolfo Rodríguez “El Pana”, nacido en Apizaco, Tlaxcala el 22 de febrero de 1952. Hijo de un policía judicial que falleció cuando él tenía solamente tres años de edad. Desde niño tuvo que trabajar, tuvo varios empleos, uno de ellos como panadero – de ahí su apodo, “El Pana” –. A la par de su vida difícil, en la que tenía que salir a trabajar duro cada día para lograr su sustento, se inició en la práctica de la Fiesta Brava. Destacó como novillero, mas fue bloqueado en muchas ocasiones, lo que devino en que su carrera no despuntaba como hubiera sido lógico. Sufrió percances, cornadas, cayó en el alcoholismo; sin embargo, logró salir adelante. Tomó la alternativa como matador de toros en la Plaza México, teniendo como padrino a Mariano Ramos y como testigo, a Curro Leal. El alcohol y las desafortunadas declaraciones que solía realizar motivaron que su carrera quedara estancada.
Tradicionalista en unos aspectos y rebelde en otros, Rodolfo Rodríguez “El Pana” se declaró “El último romántico del toreo”, conservó el estilo de los grandes toreros de hace siglos: arribaba a las plazas en donde actuaría en una calandria – vehículo tirado por caballos –; rara vez sus trajes tenían bordados en oro, normalmente sus trajes llevaban pasamanería en color azabache o, a lo mucho, bordados en plata; caminaba con el garbo que solían hacerlo los clásicos de la tauromaquia; realizaba el paseíllo enfundado en un sarape a manera de capote de paseo y se expresaba utilizando palabras propias del castellano antiguo, que muchas personas desconocen. A pesar de su escasa instrucción escolar, adquirió mucha cultura y aprendió varios idiomas gracias a su quehacer como matador de toros.
Por otro lado, Muhammad Ali nació en Louisville, Kentucky el 17 de enero de 1942, siendo bautizado como Cassius Marcellus Clay, Jr. A temprana edad se inició en la práctica del boxeo, llegando a ganar medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, a sus escasos 18 años de edad. Brincó al profesionalismo y cuatro años después, se proclamó campeón mundial de los pesos completos al noquear a Sonny Liston. Un día después, anunció su conversión al Islam, cambiando su nombre a Muhammad Ali, que en árabe significa Mahoma, hijo de Alá o El Amado de Dios; renunciando a su antiguo nombre, el que dijo, era nombre de esclavo que él no había elegido.
Objetor de conciencia, se negó a enlistarse en el ejército y participar en la guerra de Vietnam, lo que le significó perder el campeonato del mundo. En 1970 regresó a los cuadriláteros volviendo a ganar el campeonato brindando peleas que aún se recuerdan como las escenificadas contra Joe Frazier, George Foreman y Leon Spinks. De estilo ortodoxo en el ring, combinaba la movilidad de un peso mosca con la pegada de un peso completo. Se movía como mariposa y picaba como abeja, así definía su estilo.
Rodolfo Rodríguez “El Pana” falleció treinta y tres días después ser pisado por el toro “Obrero” de la ganadería de Guanamé, que lo dejó disminuido físicamente, para después ser atropellado por “Pan Francés” de la misma ganadería, lesión que le causó una fuerte lesión en las cervicales que le produciría cuadriplejía. Muhammad Ali falleció tras luchar durante años contra el Mal de Parkinson.
Tanto Muhammad Ali como Rodolfo Rodríguez “El Pana” fueron personajes que destacaron en sus respectivas profesiones a pesar de las vicisitudes que tuvieron que enfrentar en la vida. Polémicos ambos, llenos de fanáticos y detractores, finalmente dejaron un legado para sus seguidores y para las profesiones que practicaron.
A pesar de la violencia inherente tanto en el boxeo como en la tauromaquia, estos dos exponentes pasarán a la historia por ser ya sea mensajero de paz, como fue nombrado Ali, o como artista bohemio, el caso de “El Pana”.
“Muhammad Ali pertenece al mundo, pero sólo tuvo un pueblo natal”, declaró orgulloso esta mañana Greg Fischer, alcalde de Louisville. Seguramente declarará lo mismo Jorge Luis Vázquez, alcalde de Apizaco, cuando los restos mortales de “El Pana” arriben a su tierra natal para descansar en paz.
Perdimos a dos íconos, nos queda su legado.