ELLA: POURPURA
(Publicado en El Siglo de Torreón. 8 de diciembre 2014; Página 3 Sección E)
EL IGNORANTE CENTRALISMO, O LA CENTRALISTA IGNORANCIA
Fuera de la Comarca Lagunera, especialmente en las ciudades de Saltillo y Durango, ven con una mezcla de curiosidad, escepticismo y desprecio el hecho de que los laguneros no nos sintamos coahuilenses ni duranguenses; dichos sentimientos se ven magnificados cuando les confirmamos que no lo somos más que en papel. Para ellos, la división que observan entre Coahuila y Durango plasmada en mapas, significa algo así como una franja fronteriza entre nuestro país y los EU, en la que de cada lado de dicha franja la gente tiene además de diferente diseño de placas automovilísticas, diferente cultura y hasta idioma. Nos acusan de no integrarnos con el resto de sus respectivas entidades federativas, así como de separatistas.
Para sacarlos de su ignorancia, les explico mi caso particular: nací y siempre he vivido en Torreón, pero tengo diecinueve años yendo diariamente a trabajar a Gómez Palacio; a mi lado, un compañero de Lerdo, vive desde hace más de diez años en Gómez y diariamente lleva a sus hijos a la escuela a Lerdo; otro nació en Gómez y hace poco se mudó a vivir a Torreón; otro más nació en Torreón, se casó con una dama de Gómez, allí vivió buen tiempo y ahora tienen su residencia en Lerdo. También tengo parientes que viven en Torreón, aunque sus esposas son originarias de Gómez, sus hijos visitan a una de sus abuelas en Torreón y de ahí se desplazan a Gómez a visitar a sus otros parientes.
Cuando estudié la preparatoria en la ciudad de Torreón, mi amigo de la infancia, que vivía en la casa de junto, estudiaba en un colegio de Gómez; el portero del equipo de mi escuela vivía en Gómez, a su vez, un compañero de equipo de mi vecino, era vecino del portero de mi equipo. En una ocasión nos enfrentamos y el encuentro fue intenso: no éramos los de Torreón vs los de Gómez, ni mi barrio contra el de ellos, era un encuentro entre escuelas; al terminar el partido, las amistades siguieron. Por la noche, asistimos a la discoteque que frecuentábamos en aquellos años; mi rival de la mañana sacó su vehículo, pero me pidió que lo condujera, ya que una entrada que le había hecho horas atrás le provocó inflamación en uno de sus tobillos; estando dentro, los compañeros de Gómez, que también fueron rivales por la mañana, llegaron juntos; departimos, reímos, nos divertimos como lo que somos: vecinos de la misma ciudad, aunque de un lado del Río Nazas tenga un nombre y del otro lado, otro diferente. De esta manera, laguneros procedentes de las tres ciudades -e incluso de otras de la misma región- coincidimos ya sea en el futbol, beisbol, cine, teatro, lucha libre, corridas de toros, conciertos, etc., sin importar la ciudad en la que se celebren.
Dado lo anterior, se comprueba que es mayor la identidad que tenemos -como es lógico- con quienes compartimos la zona conurbada, que con ciudades que se encuentran a cientos de kilómetros de distancia. Por lo tanto, el movimiento con el que lograremos la creación del Estado de La Laguna es cien por ciento integrador. Separatista fue, por ese ignorante centralismo, Carlos III, quien desde el otro lado del planeta decretó la situación que hasta ahora padecemos.
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