Diálogos con Tadeo – Capítulo III
Ayer domingo, tras sonar el silbatazo final del partido en el que Santos Laguna derrotó a Toluca, dando cerrojazo a una temporada mala y difícil, recibí la llamada de Tadeo. Quería que nos reuniéramos para platicar. Tadeo en ocasiones, como buen consumidor de radio y televisión de pacotilla – la que padecemos en nuestra Comarca Lagunera –, se siente intoxicado en exceso; ahí es cuando recurre a mí con el fin de que, ya sea le corrobore lo que escucha en las ondas hertzianas, o le proporcione una opinión distinta. En ocasiones es terco y obstinado. Cuando su cabecita es bombardeada en exceso con la misma información falsa o inexacta, la toma como cierta. En una ocasión me espetó un “LA TUYA, CABRÓN”, cuando le comenté que se encontraba bajo control de los émulos de Goebbels. En ocasiones intuye que la bazofia que escucha en los medios electrónicos de comunicación es falsa, mas termina flaqueando cuando escucha los mismos argumentos en cuanto canal televisivo y frecuencia radiofónica escucha.
Accedí a reunirme con él hoy a mediodía. Al ser día inhábil, fuimos a mediodía a la botana. Una vez que nos sirvieron la primera cerveza, inició:
- En caridad de Dios que terminó esta temporada, cabrón. Fue fatal…
- ¿Por qué “en caridad de Dios”? Al contrario, qué mal que en este momento se termina, cuando logramos hilar dos triunfos…
- No empieces con ironías – me respondió prontamente.
- Ninguna ironía – respondí -. Simplemente, cuando apenas se estaba terminando el ciclo de pretemporada que tuvo que realizarse dentro de la misma temporada, resulta que ya terminó…
- No matices – levantó la voz Tadeo –, fue una temporada pésima, que qué bueno que ya terminó, para que se comience con una limpia en el equipo.
- ¿Limpia? – pregunté – ¿Y por qué?
- Porque la mayoría de los jugadores no valió más que pa’pura madre…
- ¿Te has puesto a pensar por qué el rendimiento fue bajo, como para que pienses de esa manera? – pregunté – ¿Crees que los jugadores que conforman el plantel son de tan baja calidad como para pensar en una “limpia”?
- Pues… pensándolo bien, no son tan malos, pero no rindieron.
- ¿Y por qué crees que no rindieron lo que se esperaba de ellos? – continué cuestionando.
- No, pues no sé… dímelo tú. ¿Qué teoría tienes?
- Teorías tengo muchas – respondí –. Pero te voy a hablar de dos aspectos que son más que evidentes. Lo primero: el aspecto físico. Teníamos tiempo de no ver a un plantel con tan mal trabajo en ese aspecto en años…
- O sea que tiraron “güeva” durante la pretemporada…
- Se dice que, por realizar la gira por los Estados Unidos, se interrumpió el proceso del preparador físico de Luis Zubeldía. Lo que sí me consta es que, durante la época en la que Pedro Caixinha fue el director técnico, nunca ví un plantel santista falto de condición…. Y te lo decía, pinche Tadeo: cuando me decías “este pinche portugués nomás viene a vender espejitos… que no mame con que metodólogo, si es un pinche preparador físico”. ¿Ya ves? Cuando Santos Laguna tuvo metodólogo, se podía jugar cada tercer día y no veías a los jugadores echando el bofe al terminar cada partido…
- Ta’ bueno – me dijo, medio molesto – pero no te encabrones.
En lugar de responder, ya que es común que Tadeo me espete su “no te encabrones” cuando se le terminan los argumentos, pedí otra ronda de cervezas a la vez que compré semillas y cacahuates al vendedor que se acercó a nuestra mesa. Una vez que pagamos, Tadeo retomó el hilo de la conversación.
- ¿Y cuál es el segundo aspecto?
- El mental – respondí –: es un aspecto muy importante. El jugador, por más que intente sustraerse, es susceptible a lo que ocurre a su alrededor. Aunque no lea ni escuche a la prensa, se da cuenta de lo que se dice de ellos, de los chismes y rumores a su alrededor. Va al cine, a restaurantes, sus hijos asisten a la escuela, en donde sus compañeros les reprochan lo que sus amigos y parientes comentan acerca del equipo. ¿A qué voy? El plantel resintió muchísimo todo ese affaire de Marche, del que platicamos hace unos meses. Ahí te fijas: la prensa argentina se comportó incluso alcahuete con su equipo, el Boca, qué bueno que Santos Laguna lo ha denunciado por sus marranadas, pero eso es harina de otro costal; lo mismo sucede con la prensa chilanga y sus equipos “grandes”, y con la prensa regia… ¿Y aquí en la Comarca? Aquí tenemos una pinche prensa baygón verde.
- ¿Por venenosa?
- No había pensado en lo venenosa, pero también. Yo le digo prensa baygón verde por aquel comercial en el que un hombre se hacía chiquito para ingresar a todos los rincones de la casa y protegerla contra las cucarachas. La prensa lagunera “se hace chiquita” ante los ataques externos. Se arrugan, terminan repitiendo todo lo procedente de la prensa chilanga. Aceptan implícitamente la inferioridad de nuestra región ante los planteles consentidos de aquellos que se ostentan como “prensa nacional”. Una cosa es señalar aspectos negativos del club en los debates futboleros en el plano de lo regional, y otra es dejar de defender lo nuestro ante los foráneos. Parece que en la escuela les dijeron: “no hables bien de los equipos de la región, pues te etiquetarán de “vendido”.
- A veces pienso en eso – me contó Tadeo, mientras yo procedía a prepararme un taco con el chamorro que recién nos habían servido –; si es el equipo local, ¿por qué le tiran tanta ojeriza?
- Y la cosa no para ahí – respondí –, resulta que a los periodistas más experimentados, a quienes están conscientes de que el equipo tiene aspectos más que positivos, y de que con sus virtudes y defectos es el único que tenemos, los tildan de “aplaudidores” y de “vendidos”.
- ¿Y los que atacan de dónde salieron?
- Sepa la madre – respondí –. Echaron la pica dos que tres veces, se aprenden los nombres de los jugadores al jugar en el PlayStation, le mueven a las redes sociales, y resulta que son unos expertos. El oficio de periodista se encuentra muy devaluado, exageradamente abaratado. Ahora cualquier sonso se siente periodista.
- ¡Ah, chinga! Bien que tú también escribes tus mamotretos y los subes a las redes.
- Sí, mi chavo. Pero yo no soy periodista, ni aspiro a serlo. Bien sabes que yo soy un aficionado que, simplemente, expreso mis opiniones. Si la gente me lee, me sigue en redes, y me escucha en el espacio al que me invitaron en la radio, pues qué a toda madre.
- Es decir: el ambiente está muy caldeado. La prensa se divide en sectores muy polarizados, por lo que me cuentas.
- Así lo percibo, Tadeo.
- Lo que sí veo es que las contrataciones no han funcionado. Esa payasada de “Inteligencia Deportiva” que tiene el Santos nomás no funciona…
- Es de lo que quieren convencer no sólo a la gente, Tadeo… También quieren convencer al club de eso.
- ¿Y crees que el club cierre ese departamento?
- Podrán haber estado desatinados en Santos Laguna, pero no son pendejos. Debe quedarnos claro que Inteligencia Deportiva no es quien decide a quién se contratará. Ahí observan, evalúan, dan seguimiento. Cuando se les solicitan opciones para contrataciones, emiten su reporte. Los altos jerarcas son quienes deciden a qué opción contratan. Y te puedo afirmar que, como escribí hace poco más de un año, tras el último campeonato, es más barato tener un departamento de inteligencia deportiva, del cual Santos Laguna fue pionero en México, y cuyo modelo ya ha sido replicado por otros clubes, que las comisiones que les cobraría Carlos Hurtado y demás coyotes que merodean por ahí. Inteligencia Deportiva responde a los intereses de Santos Laguna, los promotores ven por sus propios intereses.
- ¿Y por qué la prensa la trae contra Inteligencia Deportiva?
- Seguramente – respondí –, porque algunos promotores cilindrean a algunos sectores de la prensa. Es una práctica muy común: pagar por esparcir rumores que, finalmente, desestabilizan al club. A la prensa le conviene más tener un club emproblemado ya que, en esa situación, la afición se encuentra más inquieta, y se vende más.
- Pero sí deben reforzar al equipo – insistió Tadeo.
- Claro que se debe hacer algo – respondí –. Se requiere reforzar algunas líneas.
- Es que tenemos la amenaza del descenso… ahí está la tabla porcentual.
- Que jodan tanto con eso, Tadeo, es el petate del muerto. Y si mencionas la tabla, vamos a revisarla. Mira: Santos Laguna tiene 108 puntos en la tabla de cocientes. Lleva 14 puntos de ventaja sobre Morelia, 12 sobre Veracruz, 10 sobre Chiapas; además se encuentra 3 puntos arriba de Puebla y 1 encima de Cruz Azul. ¿Qué significa lo anterior? Vamos a suponer que el Clausura sea un torneo mediocre para Santos Laguna, un torneo de 20 puntos. Para que se diera un eventual descenso, se requeriría que en ese torneo Cruz Azul sume 21 puntos; Puebla, 23; Chiapas, 30; Veracruz, 32; y Morelia, 34. Además de que Necaxa sume otros 17 puntos.
- Pues algunos de ellos sí los podrían hacer – observaba asustado Tadeo la servilleta en la que anoté los datos que le enuncié.
- No seas pendejo, Tadeo: se requiere que se den TODAS las condiciones que te mencioné, para que se consume un descenso de Santos Laguna en el Clausura. ¿Crees que se den todas las condiciones?
- La verdad, está bien difícil.
- Sin embargo, van a estar chingando con eso. Porque tienen línea. Porque les reditúa jugar con el temor de la afición.
- Menos mal. ¿Y qué refuerzos se oyen? He escuchado algunos rumores.
- Es igual. Cada día habrá un nuevo rumor. Espera a que el club anuncie oficialmente los movimientos. Lo demás son puras guáguaras.
En eso terminamos con la cerveza y el chamorro. Pedimos la cuenta y procedimos a retirarnos. Recordé algunos detalles que no le comenté, pero teníamos compromisos qué atender. Prometí reunirme de nuevo con él al finalizar la liguilla. O antes, si es que mi amigo vuelve a alterarse al surgir algún otro rumor en medios de comunicación.
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