Algo sobre mi afición por el futbol y mi pasión por Santos Laguna.
En días pasados fui honrado con la oportunidad de externar
ante la comunidad santista mi experiencia como aficionado santista.
Reproduzco una charla con Luis Salcedo de Multimedios
Laguna, publicada en la revista “Somos Santos”[i]
Enrique Macías Morales: Fidelidad santista.
Es orgulloso seguidor de nuestro Club desde hace 30 años y
fiel abonado desde 1996.
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Algunos recuerdos y souvenirs |
SANTOS LAGUNA ES UNA LECCIÓN DE
VIDA, un pretexto para reunir a la familia, una pasión que se siente hasta los
huesos… así vive su afición por el equipo Enrique Macías: seguidor albiverde
desde hace más de 30 años y fiel abonado desde 1996.
Enrique abrió las puertas de su
hogar para contar su historia, su andar desde niño como aficionado, los
momentos más importantes del equipo que le tocó vivir desde una tribuna. Desde San
Isidro, pasando por el viejo Corona y ahora en el TSM; ahí ha estado en cada
encuentro de local.
“He sido aficionado toda la vida,
desde niño, pero cuando me metí de lleno fue en 1983, cuando regresó el futbol
profesional; más atrás recuerdo cuando mi papá me llevaba al Parque San Isidro,
después me llevó al Corona, que en ese entonces se llamaba estadio Moctezuma. Eran
tardes de futbol muy bonitas, en las que se reunía la familia. Para mí un
domingo de futbol era familia: era Papá y Mamá contentos – porque mi madre también
iba al estadio – . El futbol profesional se acaba en 1978 y terminan las
reuniones familiares. Mi papá veía futbol americano en la TV y yo me tenía que
ir a casa del vecino a ver futbol, ya los domingos no fueron lo mismo. En 1983
que vuelve el futbol profesional a La Laguna yo retomo esa tradición.”
¿Entonces ir al futbol era un pretexto para fomentar la unión familiar?
“Era un pretexto para tener una
reunión familiar: mi padre y sus hermanos siempre fueron aficionados seguidores
del Laguna – en esos tiempos hubo dos equipos – entonces los días de futbol se
aprovechaban para reunirse la familia, era una rutina muy bonita. Recuerdo que
tenía menos de 4 años cuando me llevaban al Parque San Isidro: las gradas las
veía enormes para el tamaño que tenía en aquel entonces, además de
multicolores; recuerdo el aroma característico, mucha gente, gritos, matracas,
caían goles del Laguna y aventaban cohetes; eran momentos muy hermosos que a
uno como niño le impactan y dejan marcado… se extrañan esos momentos”.
¿Hubo momentos difíciles?
“Me tocó ver desde las duras
hasta las muy difíciles: las angustias de la temporada 1984-85 en las que el
equipo andaba descendiendo nuevamente a la 2ª. B, si no mal recuerdo fue un partido en Mérida,
durante la liguilla por el no descenso en la que no recuerdo si ganan o
empatan, el caso es que Santos Laguna se salva, pero ahí con Santos comenzamos
a conocer el drama de la lucha por no descender”.
¿Cuál fue más dramático: 1991 ó 2007, hablando del tema del
descenso?...
“A mí se me hizo más dramática la
temporada 1990-91 porque en esa ocasión Santos Laguna era último lugar de la
tabla general – en ese entonces apenas comenzaba a instituirse la tabla
porcentual – y era el último lugar de la tabla el que se iba. Santos Laguna iba
más abajo que Irapuato, algo así como seis puntos y no se veía por dónde se
pudiera impedir el descenso.
Bajo la dirección técnica de
Roberto Matosas el equipo comienza a repuntar, tiene algunos triunfos muy
cardiacos: recuerdo uno en el que perdía como local 1-3 contra Veracruz y
termina ganando 4-3. El último gol fue muy bonito: el “Choque” Galindo se va
por el extremo derecho, centra al área para que Juan Flores remate de palomita;
con ese gol se ganó.


¿Cuánto tiempo ya de abonado del Club?
“En realidad, como abonado tengo
desde 1996; antes no lo era porque sólo vendían abonos para la localidad
numerada del estadio, la parte cara, y la verdad prefería comprar mi boleto y
el de mi hermano – que en ese entonces era un niño – a comprar platea para mí
solo… yo prefería estar con la raza: ahí se sentían más las emociones de cada
partido. A partir del inicio de los torneos cortos es cuando comienzan a vender
abonos para las localidades generales, ahí yo fui de los primeros en comprar
abono”.
¿Cómo vives tu pasión?

“La mayoría de quienes conforman
el plantel ya tiene tiempo viviendo en esta tierra, ya sabe cuál es el sentir
del aficionado, su filosofía de vida, saben que aquí no es un paraíso sino un
desierto en el que la gente sale todos los días a trabajar duro, a luchar por
la vida; esa es la mentalidad de un Guerrero. Si ellos son capaces de reflejar
ese sentir del Lagunero en el terreno de juego, la afición se los reconocerá…
el talento ya lo tienen, lo que les pedimos es esfuerzo durante los 90 minutos
de juego”.[ii]

[ii]
El texto publicado en la revista fue resumido por razones de espacio. En este
sitio lo presento un poco más explayado con la finalidad de que el lector lo
comprenda un poco mejor.
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