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lunes, 30 de diciembre de 2013

Toreros mitológicos - En cinco minutos hablamos de toros.

Orígenes del toreo: mitología griega.

En estos días de fin de año, repaso mi pequeña biblioteca y encuentro las memorias de don  Pepe Ventura Chávez. "En cinco minutos hablamos de toros" es una recopilación de los mejores textos leídos por el maestro saltillense de la crónica frente al micrófono durante muchos años en los que duró deleitándonos de sus conocimientos taurinos.

Don Pepe Ventura, durante sus pequeñas intervenciones, hacía gala de sus conocimientos tanto de la lidia en sí, como de la historia de la fiesta y su relación con las artes con las que se codea este bonito espectáculo. El Maestro Chávez afirma que el toreo es un arte católico, pero que sus orígenes se remontan a la cuna de la cultura occidental: Grecia. En uno de estos textos habla sobre los que él considera los primeros lidiadores de toros de la historia. Veamos el texto referido.

Teseo y el Minotauro
Toreros mitológicos.


Vamos a ver ahora cómo también la fiesta de toros tiene su origen en Grecia. En efecto, la primera gran figura taurina que aparece en la leyenda es nada menos que el semidiós Hércules. De sus famosos trabajos o hazañas catalogadas por la mitología, dos son claramente taurinas: primero, logra sujetar al famoso toro de Creta, que era nada menos que Zeus – o Júpiter – en forma de toro, el raptor de Europa; después se apodera de la vacada del gigante Gerión, el mugidor; esta última hazaña la realiza en tierra ibérica, en España, cerca de la actual ciudad de Cádiz, a donde Hércules, torero largo y poderoso, que toreaba en todos los terrenos, había llegado en sus correrías por el Mediterráneo. El segundo lidiador de fama mitológica es Teseo: a quien siendo niño le dejó su padre por herencia una espada; como quien dice, fue el único a quien le dieron la alternativa siendo más joven que “Armillita".

Por comparación con Hércules, era de estilo distinto. Ya vimos que Hércules era dominador, con muchas facultades, lidiador de músculo; Teseo en cambio, era artista fino: torero de estilo que  realizó una de las faenas más famosas de la mitología griega al vencer al Minotauro.

Hércules combatiendo a Gerión
El Minotauro – cualquiera que haya leído un manual de mitología lo sabe – era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro que estaba encerrado en el Laberinto de Delos, en Creta: lugar intrincado donde si era difícil entrar, era casi imposible salir. En aquel entonces, Atenas no era más que una ciudad sin importancia, presidida por un reyezuelo, y tenía el carácter de feudataria o tributaria de Creta; Minos, el rey cretense, exigía cada año de Atenas un dramático tributo: siete mancebos y siete doncellas atenienses tenían que ser enviadas para que las devorase el Minotauro. Contra esto fue contra lo que se rebeló Teseo: armado de un estoque, partió hacia Creta, conquistó allí a la princesa Ariadna – el  idilio no podía faltar – y  Ariadna le dio un ovillo de hilo, para que mediante él pudiera entrar al laberinto de Delos y encontrar después el camino de salida.

Joaquín Rodríguez "Costillares"
Teseo entró al laberinto y de un estoconazo despachó al Minotauro – aunque después, Joaquín Rodríguez "Costillares" viniese a presumirnos de que era él que había intentado el volapié –. Ésta  fue la primera gran faena inmortalizada en la historia taurina, cuando nadie podía sospechar siquiera las que en 1953 harían Domínguin con "Pajarito" de San Mateo, o Procuna con "Polvorito" de Zacatepec.

Pero hay más: si el barco cargado con las catorce victimas que habían de sacrificarse al Minotauro, regresaba a Atenas arreando velas blancas, significaba que las víctimas habían sido salvadas.


Y así como ahora, cuando un matador triunfa, el público saca pañuelos y viste a la plaza de blanco pidiendo para el lidiador la oreja, también entonces la nave griega se vestía de blanco, en honor del torero que daba la vuelta al Mar Egeo: ruedo de sus triunfos.


Así como bien afirma don Pepe Ventura, se sabe que en la isla de Creta ya se realizaban ceremoniales de lidia de bovinos bravos desde la antigüedad, mismos que forman parte incluso de la mitología del mundo helenístico. Desde aquellos días, los lidiadores ya marcaban tendencias para enfrentar a muerte a la brava bestia: los de la brega poderosa y los que desarrollaron cualidades estéticas durante la lidia.

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