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viernes, 30 de octubre de 2020

"Pelé" en palabras de Ney Blanco - Cap. V

Ney Blanco de Oliveira en la Corte del Rey.

Capítulo V: Concluye el por qué de Ney Blanco


HÉCTOR: ¿Y el castillo? ¿Qué se puede hablar del estadio "Urbano Caldeira"?

NEY: El Santos adquirió los terrenos en 1915. Tenían una dimensión de 16,600 metros cuadrados y están ubicados en la Vila Belmiro; el costo fue de 66,600 cruzeiros antiguos. La construcción del estadio, con cupo para ocho mil personas, costó enconces 108,463 cruzeiros; las tribunas, no lo olvidemos, eran de madera. El Santos esperaba recuperar la inversión no sólo con las taquillas de los partidos, sino también con el pago mensual de sus asociados, que pagaban cinco cruzeiros al mes.

HÉCTOR: ¿Cómo cambió el castillo al llegar el Rey?

NEY: La presencia de un Rey capaz de llenar cualquier estadio obligó a los dirigentes del Santos a realizar cambios radicales. Dejó de ser un estadio de madera. Ampliaron a 25,000 las localidades, con tribunas de concreto. Como si hubiése sido una premonición, una parte de las tribunas de madera había sido sustituida desde antes de que llegara el Rey. Y curiosamente, debajo de esa primera modernización se acondicionaron unos cubículos con dos camas cada uno para que durmieran ahí los prospectos; precisamente ahí fue donde comenzó a dormir el Rey, mientras toda la familia se había quedado en Baurú.

HÉCTOR: No hemos determinado el por qué, Ney. Ya está vestido el por qué del "hombre y su circunstancia" (como diría Ortega y Gasset); pero nos falta el por qué de Ney Blanco de Oliveira. ¿Por qué no hablaste antes?

NEY: Ya hicimos toda una referencia histórica y anecdótica que antecedió a la llegada del Rey. Ya hablamos también del reinado, de la comarca, del castillo, del "patriarca" de la Corte...

HÉCTOR: Sí. Pero no me queda claro el por qué de Ney Blanco. Un silencio de 27 años reclama una explicación más amplia.

Ney Blanco de Oliveira

NEY: De acuerdo. Es verdad que durante mi estancia de 27 años en México no he ocupado ese recurso. Y no lo ocupé porque yo vine a México a jugar fútbol, no a hablar de "Pelé". Y tal vez tampoco hablé porque nadie antes me había preguntado. Aquello de haber pertenecido a la Corte en algún momento de mi vida quedó atrás. Han pasado 27 años y hoy, con otras responsabilidades y actividades dentro de la Corte (es el representante de "Pelé" en nuestro país), pienso que por lógica debo vivir mi realidad y no actuar en eso de la vida cotidiana como cortesano de aquel reinado. Eso sería respirar en el pasado y no entender mi propio existir.

HÉCTOR: Se han dicho muchas cosas de tu relación con "Pelé". Que es tu compadre...

NEY: Sí, se han dicho muchas cosas. Pero que quede claro: yo no soy el compadre de "Pelé"; yo soy el compañero, el amigo y el apoderado (con todas las de la ley) de "Pelé".

Y lo importante es que soy, como él mismo lo dice, "de la familia" de "Pelé". Te confieso que me siento halagado, pero a la vez extrañado de volver a situarme en el terreno de los recuerdos de aquella época gloriosa.

Busqué razones sólidas; puntos básicos, válidos y vigentes antes de llegar a una decisión: romper con un silencio de 27 años.

Te pido permiso (porque tú haces literatura futbolística) para recurrir a uno de los autores qe mencionaste en alguno de tus escritos: el francés Jean-Marie Brohm. El punto más sólido que encontré para aceptar esta conversación fue lo que señaló Brohm en su libro "Sociología Política del Deporte". Brohm me dejó en claro que (sin mencionarlo siquiera) lo que hizo "Pelé" en la cancha fue ciencia oculta, o sea: escencia del deporte y no política. Practicó la escencia dentro y fuera del tapiz verde. Y la mejor demostración es que en la cancha construyó genialidades en el terreno de la inventiva; y fuera de la cancha, varias veces abrió la boca... y se equivocó. ¿Esto qué demuestra? Que con todo y su genio creativo, "Pelé" es humano.

HÉCTOR: Quizás al lector no le queda claro lo de la ciencia y la política...

NEY: Lo voy a recordar con las palabras de Brohm: la ciencia (en este caso la escencia del deporte) tiene la pretensión de ser neutral, imparcial, objetiva y universal; mientras que la política es parcial, comprometida, subjetiva y está limitada por intereses de grupo y de poder. "Pelé" es la esencia del deporte, o sea: la ciencia oculta...

(El próximo lunes: comienza el origen del hombre).

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