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sábado, 7 de mayo de 2016

"El Pana" en La Laguna. Reseña de una triste semana

La última corrida en la vida de "El Pana". Antitaurinos exhibidos.

Confieso que durante la semana anterior al domingo 1o. de mayo de este 2016, me encontraba indeciso acerca de asistir a la Plaza de Toros Alberto Balderas, de Ciudad Lerdo, a presenciar el festejo mixto anunciado para aquella fecha. Por cuestiones laborales, los días primeros de cada mes realizo tareas cuya hora final no depende de mí, sino de procesos previos, así que en esta ocasión no compré boleto en los días anteriores al festejo. En esta ocasión, terminé mis tareas con tiempo suficiente para poder trasladarme a la pintoresca ciudad conurbada en esta mi comarca. Acudí a casa de mis padres, en donde se encontraba mi hija. Mis amigos con quienes suelo acudir a los tendidos me comunicaron que tenían otros compromisos que les imposibilitaban su asisntencia. Pensé quedarme a pasar la tarde en casa de mis viejos, pero mi hija me dijo: "Papá: yo sí quiero ir a Lerdo". Siendo así, emprendimos el trayecto a la "placita del romance".

Fue un festejo como cualquier otro en aquella plaza. Tarde calurosa y precios accesibles hicieron que se tuviera una buena entrada, cercana al lleno en los tendidos de sombra, menos de media entrada en el tendido cálido. Poco antes de partir plaza, apareció por la puerta de arrastre, debajo de los tendidos de sombra, una calandria en la que el "Brujo de Apizaco" como pasajero, dio la vuelta al ruedo para posteriormente abandonar por la puerta de cuadrillas, para, unos minutos después, dar lo que sería su último paseíllo. 


El último paseíllo de El Pana. 1 de mayo 2016. Lerdo. Comarca Lagunera
De verde olivo con pasamanería en azabache, Rodolfo Rodríguez alternó en festejo mixto con el novillero lagunero Jesús Sotomayor. También se presentó el grupo de recortadores goyescos provenientes de Valencia, España, quienes abrieron el festejo mostrando sus cualidades acrobáticas, así como su valentía.

Del ganado procedente de la dehesa guanajuatense de Guanamé, el primer toro que correspondió a El Pana llevó por nombre "Obrero": negro zaino, bizco de cornamenta, con 478 kilogramos de peso, que durante la lidia logró prender al diestro tlaxcalteca. Si bien no hubo incisión en el cuerpo del matador, la revolcada fue severa; la oportuna intervención de su cuadrilla impidió que la res hiciera nuevamente por su cuerpo, aunque observé que recibió pisotones en el pecho, así como un tallón en la cara. Fue retirado del momentáneamente del ruedo, aunque poco tiempo después regresó para completar la faena. Mató de estocada, delantera aunque suficiente para hacer rodar al cornúpeta. El Juez de Plaza le concede dos orejas, Rodolfo las recibe y devuelve una al alguacilillo. Completa la vuelta al ruedo y posteriormente regala el apéndice a un pequeño que se encontraba cerca de mí, recibiendo a cambio dos piezas de pan francés, brindó al público dando una mordida a una de aquellas suculentas piezas de harina al horno.

El segundo socio de El Pana fue "Pan Francés": castaño, ojo de perdiz, capacho y corniapretado, con 480 kilogramos de romana. Desde el inicio de la lidia, Rodolfo, aunque no lo parecía, acusó los efectos de aquel revolcón previo, el morlaco acudió al capote, cerca de tablas, Rodolfo lo enfrenta sin mover el capote, siendo atropellado por el toro. Desde mi posición, observé cómo voló el sexagenario matador por los aires, mas no observé a detalle su caída. Al seguir de largo su viaje la res, pensé que el matador se levantaría. Fue levantado por los subalternos y retirado del ruedo por la puerta de arrastre. Pensé que al poco tiempo la leyenda regresaría a culminar su obra. No fue así. Pensé que lo mejor era que, por su edad, ya no fuera expuesto a otro golpe, mas nunca imaginé la gravedad de la lesión sufrida. 

El novillero dio muerte a Pan Francés mediante cuatro pinchazos y tres descabellos, para después lidiar a "Mi Chuy" a quien cortó dos orejas, una de ellas cortesía del palco de la Autoridad. Tiempo antes del final de la corrida, el niño a quien le fue regalada la última oreja paseada por El Pana abandonó la plaza, ya que su padre decidió retirarse antes. Dejó aquel apéndice en la grada. Nadie lo tomó. Desconozco si alguien logró conservar aquel recuerdo. Quizá lo llevó al taxidermista para conservarlo. No lo sé.

Terminó el festejo. Abandoné la plaza de la mano de mi hija. Nos fuimos a casa. Fue hasta el día siguiente, al abrir el periódico a primera hora, cuando me entero de la gravedad de lo sucedido al apizaquense. En el diario "El Siglo de Torreón", Aarón Arguijo consignó en su nota acerca de la gravedad de la lesión sufrida por el "Último romántico del toreo".


Encabezado de la nota que consignaba la lesión sufrida por El Pana


Incluso sus más duros detractores lamentaban el acontecimiento. Incluso los portales taurinos europeos compartían la nota. Los opositores a la Fiesta se regodeaban y escupieron su veneno en redes. Ejemplo de lo anterior son los siguientes comentarios a la nota de arriba en El Siglo de Torreón. 













También el diario Milenio, en su edición lagunera, informó acerca de la lesión del matador.


De la misma manera, los malquerientes de la Fiesta Brava expresaron sus bajos instintos. He aquí algunos ejemplos.


Realmente evito responder en estos foros a los enfermos cuyo ínfimo nivel se muestra en sus escritos como los arriba mostrados. El miércoles fui informado por Juan Carlos Medina acerca de la realización de una eucaristía para pedir por la salud de Rodolfo, quien sería sometido a cirugía. Como la esperanza es lo último que se pierde, tras confirmar el dato acerca de la misa, invité vía mi cuenta de Twitter a la gente para que se uniera a las plegarias con el siguiente mensaje y otros previos.



Acudí a la Parroquia de Todos los Santos, enclavada en el Territorio Santos Modelo. Como lo consigna Luis Salcedo en su nota en Milenio Diario Laguna, acudimos alrededor de cuarenta personas a la eucaristía. Concelebraron el capellán de la plaza de toros, el Padre Luis Manrique, SJ y el párroco Víctor Gómez, quien pronunció una emotiva homilía en la que destacó cómo se complementan Rodolfo, el hombre, y El Pana, la leyenda. Además destacó la pasión con la que el matador vivía su carrera. 

Al término de la ceremonia eucarística, compartí el siguiente mensaje.


Las respuestas de algunos no se hicieron esperar. Las comparto para que quede huella indeleble de su (ínfima) calidad humana.




Finalmente se anunció el resultado de los estudios realizados al matador, así como su evolución. Salvó su vida, pero por lo pronto, quedó condenado a vivir sin movilidad en sus extremidades, como lo tuvo que consignar Aarón Arguijo en su nota el viernes 6 de mayo.



De la misma manera, aparecieron los sádicos comentarios de aquellos valientes que escupen su veneno detrás de un alias.







La esperanza es lo último que se pierde. Como afirmé en Twitter, los milagros se dan. Quienes en más de una ocasión disfrutamos de las obras de arte creadas por El Pana en los ruedos, seguimos esperanzados a que, si bien ya no regresará a los ruedos, cuando menos tendrá una calidad de vida aceptable, para que nos siga compartiendo sus pensamientos, sus conceptos sobre la Fiesta y sobre la vida misma. Queda para el recuerdo aquella corrida en la cual, supuestamente se despediría de la Fiesta en la Plaza México, y salió encumbrado. Sublime la faena a "Conquistador" de Garfias,  y el brindis tan sincero y sui géneris. 




Nadie da lo que no tiene. Nuestras opiniones, comentarios, notas y dichos expresados en estos medios son reflejo de nuestro ser. Por mi parte, sirva esta nota como un homenaje a El Pana, acompañado de mis mejores deseos, y también como un medio de hacer constar quiénes son los sádicos, quiénes son los ignorantes, quiénes son los violentos en la Fiesta Brava. Aquí queda constancia que sus detractores lo son... por más que quieran proyectar sus traumas a los aficionados a la Fiesta.

#FuerzaPana y que viva la Fiesta Brava.


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