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miércoles, 30 de julio de 2014

Anécdotas valentianas, por Heriberto Murrieta

Recordando al gran torero lagunero.

Valente Arellano
El próximo lunes se cumplirán treinta años de la trágica muerte del matador de toros lagunero Valente Arellano Salum, quien se estaba encumbrando como matador de toros tras una exitosísima carrera como novillero, en la que llenaba todas las plazas en las que se presentaba.
Con motivo de dicho acontecimiento, Heriberto Murrieta escribe algunas memorias alusivas en su columna semanal del diario "Récord".



Anécdotas valentianas

El próximo lunes se cumplirán 30 años del fallecimiento de Valente Arellano. Si viviera, el carismático torero de Torreón estaría a punto de cumplir los 50 años de edad, pues nació el domingo 30 de agosto de 1964. ¿En qué se hubiera convertido?, ¿en una figura dominante?, ¿en el gran ídolo del público mexicano?, ¿en el octavo mandón de la historia del toreo, como asegura Guillermo H. Cantú?
Monumento a Valente Arellano. Plaza de Toros Torreón
Durante el emotivo homenaje póstumo que se realizó el domingo pasado en la Casa de Coahuila de Coyoacán, Ernesto Belmont, contemporáneo del diestro lagunero, contó que cierto matador le dijo alguna vez en una ganadería: "Qué fácil, a ti te tocó la época de Valente". Se refería a que el auge e impacto valentistas habían representado un escaparate inmejorable para destacar. Pero Belmont respondió, haciendo alusión a la proverbial raza del torero, siempre incómodo para sus alternantes: "Mira maestro, yo siempre sudaba el terno, ¡pero con Valente lo sudaba doblemente!".
Para cerrar la ceremonia con broche de oro, Fernando Arroy platicó una historia que sirve para delinear el perfil humano del ídolo malogrado. Después de mucho tiempo de esperar la oportunidad de torear en una ganadería en la cual hacía distintas labores, el ganadero lo relegó para darle turno a Valente. Cuando Fernando rumiaba su mala suerte y se resignaba a no torear, terció Arellano: "¡Ganadero, si Fernando no torea, yo tampoco, y me voy de aquí en este momento!". Finalmente torearon los dos. Un gesto de gran calidad humana del diestro de la Comarca Lagunera.
La última novillada que llenó la México
De llamar la atención la historia de Alejandro Silveti. Habiendo sido nieto, hijo y hermano de matadores de toros, no fue sino hasta que vio torear a Valente en la Monumental de Morelia que se decidió a hacerse torero. La fecha, el 2 de enero de 1983. Alejandro reconoce en Valente a su gran inspirador.
Una más, para rematar. En alguna ocasión, Valente Arellano padre fue a recibir un reconocimiento y aunque lo aceptó agradecido, no pudo evitar una cordial advertencia: "No sé qué hice para merecer esta distinción". En ese momento, desde el fondo del salón se escuchó la voz atronadora de Ignacio García Villaseñor con la respuesta: "Yo sí sé: ¡un hijo!".

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Liga a artículo original: 
http://www.record.com.mx/opiniones/noticias/1922089/opinion+columnistas/petardo-en-monterrey

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